“La obra nos acerca a la heroica vida de Francisco “Pancho” Ramírez, el
caudillo entrerriano que dedicó su vida a construir su poder en el litoral en las primeras décadas del siglo XIX. El día que conoció a la Delfina, una cautiva de misterioso origen y que peleaba
como un soldado, dejó a su prometida de entonces para vivir una gran pasión. Murió al intentar rescatar a su amor en pleno campo de batalla. La mujer con quien se había comprometido nunca dejó de
amarlo.
El 10 de julio de 1821 Ramírez, debilitado militarmente, intentaba llegar con
escasos 200 hombres a Santiago del Estero. Pero ese día, muy cerca de Las Piedritas de Río Seco, en Córdoba, debió combatir casi durante horas contra las fuerzas de López y de Bustos, que lo
superaban en número.
Delfina había sido capturada por el enemigo. Fue entonces, que el caudillo, sin
pensarlo, lanza en mano, arremetió solo contra el grupo que retenía a su mujer. Rodeado por soldados enemigos, el capitán Maldonado lo mató de un tiro a quemarropa, que impactó en su pecho. Su
caballo siguió cabalgando un trecho con el cuerpo inerte. Uno de sus soldados intentó recuperarlo cuando ya había caído a tierra, pero no alcanzó a hacerlo por la cercanía del enemigo. Su cabeza
–clavada en una lanza- fue llevada a Villa de María de Río Seco, donde se la exhibió. De ahí, envuelta en piel de carnero, se la enviaron a López, en “señal de verdad”, como se dijo entonces.
Delfina, la infortunada compañera, ayudada por oficiales de Ramírez, había logrado escapar a Santiago del Estero. Con el tiempo, iría a vivir a Concepción del Uruguay, donde falleció, soltera, el
28 de junio de 1839”.
Lo interesante de la propuesta que nos trae Joaquín Gómez en su dramaturgia es
el cómo nos sumerge en ese clima histórico y en los demonios al que se enfrentan aquellos seres que sobreviven, llevando sobre sus espaldas, la culpa, el impulso por el
deber ser, el ansia de poder y su misma impotencia, como una paradoja. Las luchas de aquellos tiempos forjaron personalidades de una gran potencia moral, como es el caso del caudillo Pancho
Ramírez y de su mujer María Delfina, una guerrera y soldado, sumida en el dolor de la pérdida de su hombre, ejemplar y fundador de una República. Una madre,
Tadea, que despojada del derecho de dar sepultura digna al cadáver de su hijo desespera e intenta secuestrarlo antes de huir a otro territorio para estar a salvo;
no lo logra, ni aún con ese estandarte de lucha puede convencer a una Delfina carcomida por el dolor y sumida en un abandono, que apenas hace vislumbrar su antiguo valor y coraje. Está totalmente
perdida en horrendos sueños. Esos mismos que a su vez la acercan de una manera onírica al que fue su hombre amado, escenas que se tornan muy verosímiles y conmovedoras para el público, muy
logrado por el actor, Joaquín Gómez, interpretando al caudillo Ramírez y por la actriz Irene Castel dándole un clima de extremado romanticismo.
El dispositivo escénico acompaña estos momentos de manera muy eficaz, asimismo
lo sonoro como telón de fondo crea la atmósfera de los acontecimientos.
Debo mencionar que hay que correr muchos riesgos para concebir un espectáculo que plasme tan sintéticamente a estos grandes héroes y heroínas e incluso
a los traidores, complejos personajes de nuestra historia y en el caso de “María Delfina” los corren con muy buenos resultados, el público se mete de lleno en esa historia y se remonta a cruentos
escenarios de nuestra historia argentina. Esto conmueve y ese teatro es necesario. No dejen de verla.
OPINIÓN: MUY BUENA
CRÍTICA: PATRICIA CARRO
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia: Joaquín Gómez
Actúan: Irene Castel, Joaquín Gómez, Gustavo Lencina, Maria del Valle
Strada
Diseño de vestuario: Jimena Biga
Diseño de luces: Horacio Novelle
Realización de vestuario: Andrea Quinteros, Carmen Quinteros
En el espacio cultural entrerriano “Pueblo Viejo”, de Concordia, se presentó la puesta en escena “María Delfina”, con dramaturgia de su
director, Joaquín Gómez (Bombín Teatro producciones independientes -Gualeguaychú).
El domingo 6 de marzo próximo pasado, en ese ya épico espacio cultural entrerriano que es Pueblo Viejo de Concordia, se presentó “María Delfina”, una obra que
intenta recrear los días y años posteriores de María Delfina Menchaca en Concepción del Uruguay, luego de que en el invierno de 1821 dieran muerte a su compañero Francisco “Pancho” Ramírez, el
caudillo entrerriano creador de la República de Entre Ríos y de activa participación en las luchas federales de nuestro país.
Me refiero a “intenta recrear” porque se sabe que todo pasado deviene como ficción, y captar y situarse en el sentir de los personajes que lo habitaron, allá lejos y
hace tiempo, tiene una doble dificultad: la de traernos una realidad inasible y la de convertirla en un hecho artístico.
Esas dificultades son salvadas mediante recursos estéticos que en esta puesta apelan a cierto minimalismo escenográfico y de vestuario (solo una mesa, una silla, un
mate, bruma, un cambio de ropa), al manejo del relato que juega con el flash back y la ensoñación, a actuaciones donde los personajes denotan compromiso con el texto y nos hacen “ver” la Historia
sin que como espectadores debamos tener un acabado conocimiento de ella.
Pero nos quedaríamos en detalles si no tratáramos de captar las resonancias de lo que significa para nuestra historia (como entrerrianos, como argentinos) el
sentimiento de culpa y miedo que padece La Delfina, acosada por mandatos de la madre de Ramírez (Tadea Jordán) y de las tropas, de no cesar en la lucha por la dignidad de la tierra y, a la vez,
en su propia desolación por sentirse el factótum de la suerte de su compañero.
Un sentimiento de culpa que lleva a la depresión, y el miedo, que paraliza toda intención reivindicativa (se cuenta que no se supo de actuaciones públicas de Delfina
luego de dieciocho años de aquel trágico acontecimiento).
Por otro lado, vemos la impotencia de la madre de Ramírez de no “tener el cuerpo” para acabar con el duelo y, de ello, sabemos de sobra por nuestras Madres.
Es decir, la obra actualiza también hechos recientes de nuestra historia, de otras luchas, menos territoriales, vigentes quizás, emparentadas con la idea de justicia
social.
Dejando de lado el drama personal, la asimilación de la Tragedia como hecho teatral y la exaltación de esas figuras femeninas, hoy rescatadas en otros tantos relatos
bienvenidos, preferimos acercarnos a “María Delfina” como un constructo artístico con profundo sentido político, donde aparecen combates, traiciones y las múltiples aspiraciones -tan vigentes- de
los poderes fácticos.
De qué serviría el teatro, además de conmovernos de distintas maneras, sino para entender y entendernos en nuestro transcurrir existencial y como sujetos sociales a
la luz de una esclarecedora memoria, evocada con pericia en esta obra.
Ficha técnica:
Dramaturgia: Joaquín Gómez.
Actuación: Irene Castel, como María Delfina / Joaquín Gómez, como Francisco Ramírez y narrador / María del Valle Strada, como Tadea Jordan / Gustavo Lencina,
como Portes.
Diseño y puesta de luces: Horacio Novell.
Operación de luces y sonido: Patricia Arrieta.
Diseño de vestuario: Jimena Biga.
Realización de vestuario: Andrea y Carmen Quinteros.
Diseño gráfico: Carlos Ruiz B. k.
Musicalización: Marcelo Michel.
Fotografía: Pablo Daroca.
Dirección y puesta en escena: Joaquín Gómez.
Producción: Bombín Teatro producciones independientes (Gualeguaychú).
Bajo el embrujo de la Azotea de Lapalma, cargada de leyendas y en medio de una atmósfera casi irreal, tuve el placer de formar parte del público que el 26 de
febrero en el marco de El Museo no duerme, actividad cultural de la Municipalidad de Gualeguaychú, se dio cita para asistir a la representación de María Delfina, obra escrita,
dirigida, actuada y producida por Joaquín Gómez.
En un escenario natural, los árboles agravaron las sombras y se convirtieron en el monte propicio para resguardar a la extraña amante de Francisco Ramírez, la
portuguesa y liberada cautiva, quien tras su muerte se lamenta como una Hécuba, como una Antígona, como un personaje venido de la antigua Grecia, por la pérdida irreparable de su hombre. María
Delfina es un eslabón del género trágico, casi extinguido por su complejidad. No basta un dilema, ni un acto de hybris, ni el fobos, ni la intransigente fatalidad, son necesarios además, la
vehemencia en la palabra, el texto sublime, la épica y la dulzura de la poesía en los parlamentos de los personajes, los precisos movimientos corporales que no pierden la elegancia para afirmar
que la obra se enmarca dentro de lo trágico. En María Delfina, la tensión, el latido, el coágulo emocional donde se satura la obra, está en la palabra y en el modo de decirla.
Joaquín Gómez, actor de trayectoria, revela su permanente formación actoral en la escritura del texto que se piensa desde el momento de su enunciación, como palabra
actuada. Dirige al elenco, modela sus roles, destaca con simplicidad sus atributos, los liga a una historia de amor y los desliga en la traición. La pugna de fuerzas, de amores y odios, de
federalismos y centralismos, de heroicidad y oportunismos es evidente y se vivencia, conmueve al espectador que pacta definitivamente con una época de montoneras, de caballos, de mujeres con
fusiles, amazonas litoraleñas escondidas entre talas y espinillos, prontas para atacar o hacer la retirada en el flete al lado del caudillo.
La sombra de Ramírez no pide venganza como en Hamlet sino continuidad en la batalla. El proyecto de la República de Entre Ríos acariciado por Artigas y
por él, muerto en río Seco, debe continuar bajo las órdenes de “La Coronela”.
La madre, la amante y un muerto, con una cabeza exhibida en el Cabildo de Santa Fe conforman el triángulo de dolor. El mandato de la sangre, la tradición universal
que exige recuperar el cuerpo, sepultarlo, llorarlo, poner una cruz en la cabecera del túmulo y la espada, son tópicos comunes en las grandes literaturas.
Las indeterminaciones, las acciones no representadas son narradas por un gaucho que a la manera del corifeo griego se dirige al público mientras traza laberínticos
recorridos, como los tiene la historia, abrigado en un poncho. Es la voz del testigo, es la voz de la historia, es la voz de la entrerrianía indómita que grita dentro de nuestros pechos. Es la
fama póstuma que se gana con sangre y con pobreza de bienes.
Cada tanto, y lo digo con pesar, aparecen en nuestra ciudad elencos que se atreven al teatro de texto, a las formas puras, a la disciplina y sobre todo a la entrega
de la belleza y la enseñanza en este caso de una época triste de nuestra historia, cuando peleábamos entre hermanos. La civilización y la barbarie la tenemos metida dentro “como la estaca
pampa”.
Felicito a Joaquín Gómez y a su elenco por la oportunidad de desplegar una tragedia con color a flor de ceibo y espinosa como los juncales del arroyo de La china.
Antes de la historia estuvo la literatura y el teatro es una de sus manifestaciones.
El foco puesto en la intimidad doméstica del duelo puede decirnos más que las frías cronologías de acontecimientos. La historia no es una abstracción. Es un pasado
que tuvo a hombres y mujeres con virtudes y defectos pero entregados a un ideal.
Ficha técnico - artística
Dramaturgia: Joaquín Gómez
Actúan: Dardo Arenas, Irene Castel, Joaquín Gómez, Gustavo Lencina, Maria del Valle Strada
Diseño de vestuario: Jimena Biga
Diseño de luces: Horacio Novelle
Realización de vestuario: Andrea Quinteros, Carmen Quinteros
Musicalización: Marcelo Michel
Fotografía: Pablo Daroca
Diseño gráfico: Carlos Ruiz B.k.
Prensa: Bombín Teatro Producciones
Producción: Bombín Teatro Producciones
Dirección y Puesta en escena: Joaquín Gómez
*Profesora en Castellano, Literatura y Latín. Investigadora y escritora de crítica literaria.
Conocí a Milly durante la segunda temporada de Sumario, y no sólo asistió a vernos sino que nos devolvió
una hermosa crítica a nuestro trabajo. En estos días de emergencia sanitaria por el Covid-19 -al ver suspendidas nuestras funciones- decidí colgar el video de Sumario, que aunque no es lo mismo
en vivo pero al menos queda un registro y Leedor a través de Milly
Vazquez vuelve a elegirnos entre tantas obras que ven, realmente es un orgullo y una caricia al
alma. #sumariodelamuertedekleist es uno de los textos más bellos de Alejandro
Tantanian, a él agradezco enormemente la generosidad de cederlo y al equipo que me ayudó a montarlo
mi más grande reconocimiento y agradecimiento.
Joaquín Gómez
María Evangelina Vazquez reseña Sumario de la muerte de Kleist de Alejandro Tantanian
Leedor.com
Mi primera video reseña para Leedor de una obra teatral que ahora se puede ver online. Nuevas formas de
comunicarnos en una era enrarecida! Gracias Joaquín
Gómez por compartir este hermoso trabajo! En el primer comentario, les dejo el link a la obra
completa.
Actúan: Carlos Folias, Joaquín Gómez, Lupe Iñiguez
Prensa: Silvina Pizarro
Dirección: Joaquín Gómez
Un asesinato o un suicidio tienen la particularidad de una vida menos. En este caso son dos. Un suicidio en masa podríamos decir si afectara a alguno
más. Pero lo cierto es que no hay sorpresa, todo fue fríamente programado desde un comienzo. La vida misma, con sus acontecimientos fue preparando este banquete a los cuales asistirán
sus allegados de manera cínica e irónica a la vez.
La sinopsis nos adelanta la obra, no deja espacio para dudas, el espacio temporal también está comprendido en la misma. ¨Ya han pasado más de doscientos
años desde que Heinrich y Henriette se dieran muerte a orillas del lago Wannsee. El suicidio más famoso de la Alemania del siglo XIX cautiva y perturba aún en nuestros días.
Von Kleist escribe y protagoniza su propia muerte; para ello traza un meticuloso plan de muerte: se dirigen a una hostería cercana al lago, escriben
cartas, beben café, se sirven unas copas de ron, se encaminan hacia la orilla del lago, y tras disparar directamente al corazón de la señora Vogel, cargó nuevamente el arma y se saltó
la tapa de los sesos.¨ Ahora solo resta saber cómo transcurrieron los hechos.
Durante la obra se transita la vida, la dramaturgia, lo antisocial, la locura, la enfermedad, el amor y la muerte que comprendía a esta pareja. Un tercer personaje, atemporal, se hace presente para explicar los pormenores del caso. El cual ayuda mucho
a mantener un interés aún más focalizado en las vidas de Heinrich y Henriette. Dos espacios bien demarcados, por un lado lo cotidiano de ellos dos y por el otro el peritaje
forense.
Una puesta muy buena, desde lo escénico como lo lumínico y al igual que las actuaciones, generan un clima de extrema cercanía y encierro por momentos
hacen que la obra fluya de manera aún más sólida. Sumario de la muerte de Kleist es una obra para ver un viernes antes que baje de cartel en nuestra C.A.B.A.
SALA EL ÓPALO Junín 380, Capital Federal Teléfonos: 4951-3392 Entrada: $ 200,00 / $ 130,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 04/08/2017 por Sergio Di Crecchio - Publicado en su perfil de Facebook el
Heinrich von Kleist, poeta y dramaturgo alemán, se quitó la vida a los treinta y cuatro años en el lago Wannsee dándole así un punto final a su abrumada existencia.
Su obra, entre la época clásica y el Romanticismo, es calificada como una de las más significativas del teatro alemán.
Por tal motivo, poner en escena la obra de teatro“Sumario de la muerte de Kleist”, de Alejandro Tantanian, es todo un desafío. Reto que
su prolifero autor, supo muy bien cómo afrontar ya que, por supuesto sale airoso, por la perfecta concepción recortada de la historia, por su prolijidad que denota profesionalismo y por las
excelentes actuaciones, que con los experimentados y grandes actores (Carlos Folias, Joaquín Gómez, Guadalupe Iñiguez) que han seleccionado, lograron una excelente puesta en escena.
Obviamente, que la dirección de Joaquín Gómez, ha provocado que la suma de todas las partes expuestas llegue a una totalidad más que esperada.
Su sinopsis nos lleva a presenciar, detallada pero sucintamente, el trágico plan elucubrado por Kleist para llegar a su terrible cometido, el de matar y
morir. Junto a su amada Vogel, relatan sus sentimientos y sus pensamientos en los momentos previos de utilizar el arma que los llevará al descanso eterno, juntos. Sus almas abatidas, estarán
unidas para siempre. Y, a la vez, un relator metódico (Carlos Folias), como un perito forense, nos enumera algunos pasajes ocurridos, como cerrando la historia. Este personaje, nos saca de la
ensoñación que estamos viviendo y nos retrotrae a la frialdad de un relato común sobre un hecho dramático.
Los tres actores, se lucen. Joaquín Gómez, deja salir emotivamente a los sentimientos tormentosos de Kleist, para darnos cuenta de su sufrimiento. Excelente
trabajo. A Guadalupe Iñiguez, le brota el dulce dolor de Vogel al saber de su destino. Magnífica interpretación. Carlos Folias, con su prestancia y presencia, le pone el paño frÍo
necesario para equilibrar las emociones. Estupenda labor.
Estamos frente a un texto poético. La riqueza expresiva de sus palabras, la exaltación de sus pasiones, su maravillosa semántica, lo hacen bello. Y, si se le agrega
una simbólica escenografía (Milton Moreira Muzio) de la época con una ambientación acorde, con profundidad y, sobre todo, con mucho contenido, se obtiene una hermosa puesta en escena
(Joaquín Gómez). El delicado vestuario (Milton Moreira Muzio) y la buena disposición de las luces (Horacio Novelle), le agregan mayor contundencia al relato.
La recomendamos, porque nos transporta a otra época en donde el amor era tan maravilloso como trágico, porque se distingue la sinergia del equipo técnico,
porque al autor,Alejandro Tantanian, el director, Joaquín Gómez, y los artistas Carlos Folias, Joaquín Gómez, Guadalupe Iñiguez, brillan en conjunto. Indudablemente, hay que
verla.
MÁXIMA CALIFICACIÓN!
Redactora: Estela Gómez para culturadelserproducciones.jimdo.com
21/07/2017
Toda la obra es un ritual en el que la muerte es la principal protagonista.
Más allá del amor, hay entre los protagonistas Henrich Von Kleist y Adolfine Vogel, a la que Kleist llamaba Henriette, una complicidad urgente, una
verdadera comunión que une sus fracasos, los de él, políticos y literarios, con la enfermedad, de ella, dolorosa e incurable.
Con lenguaje poético y profundo, el texto de Alejandro Tantanian nos introduce en ese mundo trágico del poeta que fue valorado sólo dos siglos
después de su muerte. La escenografía minimalista y la iluminación dan cuenta de la soledad y el dolor de ambos protagonistas creando un clima que anuncia el
desenlace.
La dirección de Joaquín Gómez muestra con precisión el texto del autor y nos va llevando a ese mundo oscuro y atormentado que conduce a la
muerte.
Las actuaciones son excelentes , reveladoras de la tragedia pero sutiles y convincentes.
Lupe Iñiguez muestra a una Henriette con toda la paz que antecede a la huida hacia la libertad de su maltrecho cuerpo.
Joaquín Gómez narra el suicidio de Kleist, su suicidio en la obra, y logra trasmitir la tristeza sin dramatismo pero plena de una
melancolía calma y agobiante.
Carlos Folias muy bien en el rol de investigador del doble suicidio haciendo los cortes necesarios para la explicación formal lejos del clima
denso de la obra-
En resumen, una excelente versión del texto de Tantanian para ver y recordar a ese exquisito poeta alemán y disfrutar un momento de muy
buen teatro.
Publicado por María Buscaglia para NGN COMUNICACIÓN
Una sala en penumbras, una neblina buscada a partir del humo en escena, la presencia de un hombre que nos
sitúa en tiempo y espacio, siglo XIX, Alemania, aunque los datos son imprecisos. La Alemania reina del romanticismo donde figuras como Goethe o Schiller brillan en el campo literario,
donde la vida busca encontrar en esos hombres jóvenes calmar una insatisfacción que no cesa. Seres que se sienten a sí mismos diferentes, incomprendidos en un mundo mercantil que no tiene al arte
en el centro de sus intereses, si no es como objetos de valor. Personajes dentro de un momento del siglo de la Humanidad donde crece la idea de Nación, donde los valores para el joven del
romanticismo son principios inalterables y la vida un don para ofrecer a la causa de manera heroica. Si la vida no responde a las exigencias del pensamiento romántico, entonces no vale la pena
ser vivida; eso piensan los jóvenes románticos, eso pensaba Von Kleist. Alejandro Tantanian, elige para su dramaturgia en la década del noventa la vida del poeta y dramaturgo para desarrollar
desde allí una poética que descree de las precisiones, que describe el reino de la incertidumbre, de los sujetos fragmentados, de los relatos fragmentados, y de la mixtura de géneros: la pieza de
Tantanian está atravesada por el discurso policíaco y el de la medicina forense. Un mundo donde la figura femenina queda subsumida a la del hombre, centro de un sistema planetario, hecho que
queda grabado en la tumba donde ambos amantes están sepultados pero donde sólo figura el nombre del poeta, que logra por fin su triunfo luego de su muerte. La dirección apuesta a la palabra, y la
escenografía es sencilla: una mesa escritorio, los objetos necesarios en ella, una pequeña canasta que guarda el arma que ejecutará la decisión, una cama blanca hacia el foro con telas y
almohadones; un vestuario que recupera temporalmente las acciones, y la música que completa la geografía que reunió a los amantes en la vida y en la muerte. Una puesta romántica sobre una historia cuyos protagonistas son los representantes de ese mundo
pasional, cuya subjetividad lo absorbe todo y provoca decisiones trágicas, finales; capaces de inmolar la vida en aras de salvar un alma que no quiere contaminarse con las ruindades de lo
cotidiano: la indiferencia de los otros o la enfermedad que carcome los cuerpos y los diluye a objetos sin
voluntad. Las buenas actuaciones completan el cuadro de una historia mínima en lo particular, pero de una gran simbología en lo general; modelo para otros que se sienten como el poeta,
atravesados por el dolor de no ser aquello que se desea. El suicidio en la etapa romántica no era una excepción sino una solución buscada como puerta a un mundo ideal elegido desde la libertad
que el pensamiento concebía como un baluarte de la existencia. Amor, pasión y libertad para vivir a fondo los dos primeros, libertad de elegir nuestro derrotero, y hacerlo presente, una mirada
sobre el mundo siempre al límite, siempre al borde del abismo.
Ficha técnica: Sumario
de la muerte de Kleist1de
Alejandro Tantanian. Elenco: Lupe Iñiguez, Joaquín Gómez, Carlos Folias. Dirección de arte, escenografía y vestuario: Milton Moreira Muzio. Diseño de luces: Horacio Novelle. Prensa: Silvina
Pizarro. Dirección y puesta en escena: Joaquín Gómez. Realización de vestuario: Creaciones Zunilda Barrios. Diseño gráfico: Matías Moauro. Teatro El Ópalo.
1Heinrich von Kleist es tal vez uno de los escasos escritores
del Romanticismo que tradujo a la acción el ideario que inspiraba a los
románticos. Su único objetivo, tanto en su vida pública literaria como en la privada, era la búsqueda del Absoluto. El último testimonio de ello fue precisamente su suicidio compartido con su
compañera, a la edad de 34 años, y tras una cuidada y minuciosa preparación. Tras cometer suicidio, cobró relevancia su obra Pentesilea, una tragedia de tema grecolatino en la que asociaba el
vértigo amoroso a la propia muerte.
ACERCA DE LUNATEATRAL2
Este es un espacio que administramos Azucena
Ester Joffe y María de los Ángeles Sanz donde los artículos sobre la creación teatral en Buenos Aires es el centro de la temática. Buscamos una relación fluida con el campo teatral de todo el
continente.
Esta pieza teatral contiene en sí misma la última obra del escritor alemán Heinrich Von Kleist, el ritual hacia su muerte y la de su amada. Logra de este modo lo
que no había conseguido con sus textos literarios , pasar a la posteridad (aunque más tarde fue valorado).
El texto de Alejandro Tantanian habla de este suicidio como un hecho artístico, la muerte configurada como lo sublime. Es el salto al vacío para redimirse del
conflicto del artista ante su obra, ante sus frustraciones políticas y vicisitudes afectivas. Kleist repite ¡Qué bello sería meterse una bala en el corazón! y una y otra vez aprieta el
gatillo como un eco doloroso.
Heinrich Von Kleist (Joaquín Gómez), sicológica y espiritualmente atormentado, y Adolfine “Henriette” Voguel (Lupe Iñiguez), aquejada por una enfermedad terminal
muy dolorosa, tenían una relación cuyo nexo era la muerte, quizás más que el amor. Pero no hay certezas, salvo la del suicidio como liberación.
Joaquín Gómez, actor y director de la obra, ha logrado con su actuación recrear ese espíritu melancólico, generando una puesta escénica agobiante y pesada, entre la
oscuridad y la bruma, con una escenografía austera pero eficiente, con luces y sonido acordes a la atmósfera buscada.
Lupe Iñiguez es contundente en su rol de acompañante que sabe que de todos modos va a morir, esa certeza se expresa en su rostro calmo, casi feliz, porque además
sabe que no será sola.
El personaje de Carlos Folias se contrapone a la poesía, interpreta eficazmente la fría realidad, es un forense o detective que describe los detalles de esas
muertes que la burocracia le exige, como una metáfora de la eterna lucha de la razón ilustrada con el romanticismo, que consideraba el mero intelecto ajeno al corazón, a la sensibilidad
humana.
Una obra interesante, atípica, con un tema muy fuerte, imbuida de la poética y el espíritu romántico de la Alemania de comienzos del siglo XIX, con interpretaciones
impecables.
Ya han pasado más de doscientos años desde que el poeta Heinrich Von Kleist y su compañera Henriette Vogel se dieran muerte a orillas
del lago Wannsee. El suicidio más famoso en plena Alemania del siglo XIX que aún cautiva y perturba. Von Kleist escribe y protagoniza su propia muerte; para ello traza un meticuloso
plan para ambos: en una hostería cercana al lago, escribirán cartas, beberán café y unas copas de ron, para luego acercase a la orilla y el fin. El poeta dispara directamente al corazón de Vogel
y se salta la tapa de los sesos.
Tremenda puesta sobre texto de Alejandro Tantanián. Es de una fuerza poética entrañable en la que los actores muestran un caso conmovedor.
Los personajes logran de manera realmente conmovedora trasmitir esta historia que a pesar de tratarse de algo dramático, logra la expresión a un nivel
de poner en escena un entrañable modo de llegar al público. Nos dejan una sensación que llega profundamente al espectador. Los cuerpos se lucen con un inigualable toque
de nostalgia y nos hacen cuestionar sobre esta historia que tanto impacta. Por supuesto que cabe la pregunta de ¿cómo será que se de un caso tan dramático? Tal vez no haya respuesta y tengamos
que dejarnos llevar por esta obra de arte, en la que un doble suicidio inunda la imagen en el escenario
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Alejandro Tantanian
Actúan: Carlos Folias, Joaquín Gómez, guadalupe iñiguez
Vestuario: Milton Moreira Muzio
Escenografía: Milton Moreira Muzio
Diseño de luces: Horacio Novelle
Asistencia de dirección: Ana Tolosa
Prensa: Silvina Pizarro
Puesta en escena: Joaquín Gómez
Dirección de arte: Milton Moreira Muzio
Dirección: Joaquín Gómez
SALA EL ÓPALO
Junín 380 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - ArgentinaTeléfonos: 4951-3392
Web: http://elopaloteatro.blogspot.com.ar/
Entrada: $ 200,00 / $ 130,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 04/08/2017
Hace poco más de doscientos años, vivió un hombre que pudo describir la esencia de la muerte. Su nombre, Heinrich Wilhelm von Kleist.
El «Sumario de la muerte de Kleist», escrita por Alejandro Tantanian y dirigida por Joaquín Gómez, narra los últimos días del poeta trágico alemán. Recluido con
Adolfine «Henriette» Vogel, planearon su partida juntos. Alternando escritos con escenas en la intimidad, el público atestigua el impulso que los condujo a la muerte el 21 de noviembre de 1811,
cerca de la ciudad alemana de Potsdam.
La obra se articula en dos planos: el primero, en el que la acción se desarrolla entre Kleist (Joaquín Gómez) y Henriette (Guadalupe Iñiguez); el segundo, en el que
un perito (Carlos Folias) analiza y desarrolla el sumario judicial que describe, desde una perspectiva científica, lo ocurrido.
A pesar de cualquier presunción, Kleist se sentía feliz con la decisión que había tomado. Su muerte era algo necesario en su vida: «… muero sin tener ya nada que
aprender ni que esperar de la tierra. Me encuentro transportado por los torrentes de una felicidad jamás sentida, y no puedo negar que su tumba me es más querida que el lecho de todas las
princesas del mundo».
En una suerte de triángulo amoroso, entre Kleist, Henriette y la muerte, los personajes viven con alegría el final. Cartas a sus seres queridos, café, ron, la
orilla de un lago, un paraíso a sus pies. La ansiedad por llegar a «ese mundo mejor en el que todos podremos, con el amor de los ángeles, abrazarnos mutuamente los corazones». Un disparo en el
pecho de la señora Vogel, y otro, en la cabeza de Kleist.
El «Sumario de la muerte de Kleist» invita a una reflexión sobre el valor de la vida y la muerte. Sea por escapar de una enfermedad, sea porque ya se ha vivido lo
suficiente, la obra indaga profundamente sobre un tema atrapante y perturbador: la muerte como una obra de arte.
Ficha de la obra
Dramaturgia: Alejandro Tantanian
Actúan: Carlos Folias, Joaquín Gómez, Guadalupe Iñiguez
Pocas obras teatrales tienen un aire tan cinematográfico como ésta, drama centrado en la muerte del
poeta romántico alemán Heinrich von Kleist y su amada, Adolfine Henriette Vogel, a quien
él le asesta un tiro en el corazón antes de suicidarse disparándose en la boca. Con un aire propio de la época, vemos al poeta y a su amante disponer de todo lo necesario para el
último momento, pero, para que Tánatos no nos abrume, la bella puesta de Joaquín Gómez transmite un lirismo que hasta nos lleva a cuestionarnos si otro final habría sido posible.
Una acotada escenografía es suficiente para trasladarnos al siglo XIX, el vestuario, la música y la iluminación presentizan el aire melancólico, casi bucólico, que encontramos en la
pintura de otro romántico alemán, Caspar Friedrich. Alejandro Tantanian es el autor del texto, del que Joaquin Gomez propone imágenes que, con la aparición del perito que describe en
detalle todo lo que es registrado legalmente luego de semejante desenlace, evocaron en mí el clima de “El enigma de Kaspar Hauser”, de Herzog. Por un lado, la tragedia, la pasión y el
dolor; por otro, la frialdad de los sumarios e informes, que despojan al hecho de toda su grandiosidad, porque esa trágica doble muerte es también doblemente grandiosa. Y como no
considerarla grandiosa cuando la misma Henriette dice: “Europa volverá los ojos hacia nosotros. Nos adueñaremos del mundo. Nos sepultarán juntos, bajo la misma piedra nos sepultaron,
Kleist.” Podríamos pensar que Kleist, a los ojos de Henriette, es como su redentor: “Yo necesitaba alguien que me ayudara a morir. Y lo supe aquella primera noche: habías llegado. Tu
nombre se abre hoy. Y es un grito. Nuestra unión, Heinrich, en la muerte.” Y Kleist, la acompaña en esta visión: “Escribo sobre esta hoja: el vino de las noches, las cabezas
inclinadas, los puñados de tierra chocando contra los ataúdes, el gusto del ron, las palabras, la disolución de este cuerpo en una copa de vino. Escribo nuestro dolor, Henriette y
nuestro Gólgota. Todo sobre el papel. Literatura. Quiero estallar en pedazos. Bañar las calles con mi sangre.”
Joaquin Gomez dota a su Kleist del tono justo que imaginamos en un poeta que ha sido derrotado por las circunstancias, y que encuentra en Lupe Iñiguez el contrapunto perfecto, como la
amada que pone su vida – y su muerte – en sus manos.
Una obra bellamente perturbadora que nos muestra que los héroes y las heroínas trágicos han existido siempre.
¿Será acaso el escritor alemán Heinrich Von Kleist, del siglo XIX un genio incomprendido? ¿Qué lo llevó al suicidio? Hay muchos interrogantes y
varias hipótesis que se pueden sugerir. Lo que se sabe es que la de Kleist fue una muerte planificada. La exaltación del yo romántico llega a su máxima expresión como genio creador de la propia
muerte. Su compañera, Henriette Vogel estaba enferma y el poeta tenía un sufrimiento espiritual.
La idea de un sumario se podría decir que contrasta con la idea de poesía. Un sumario tiene que ver con lo técnico, con una descripción científica, fría, muy
alejada de lo literario. En la figura del escritor encontramos al creador de belleza. Kleist puede crear con el poder de la palabra el mundo que imagina. La fuerza del color rojo se puede
vincular en la poesía, tanto a la sangre, como a las flores; es decir a lo terso y suave o a lo violento y ambas pueden entremezclarse, confundirse.
El forense da cuenta del estado de los cuerpos muertos. Kleist da cuenta del sufrimiento del alma y de la libertad del espíritu humano al elegir y planear su propia
partida. Si bien se nos habla sobre la belleza de una bala en el corazón, sería indicado pensar más bien en lo sublime como ese sentimiento de horror, de asombro y espanto al vislumbrar algo cuya
enormidad sobrepasa la vida humana. Al enfrentarse con la muerte y la incertidumbre de un más allá, Kleist realiza con su suicidio un acto que tiene que ver con el carácter de lo sublime. Al
mismo tiempo, es la fusión de su arte con su vida.
“Lo que quise presentar … es esa escena que se actúa, que se ensaya. El
poeta que construye su plan de muerte. La voluntad de suicidio funciona, según Tantanian, a modo de predrama, una historia que se ensaya y se lleva a cabo. Heinrich es el escritor y el personaje
principal de su obra. Esta idea metateatral me atraía enormemente”, cuenta el autor en el artículo de Lydia Di Lello (CCC)[i]. “El dramaturgo dispone una cuidadosa cartografía para poner en foco esta suerte de obra dentro de la obra.”, comenta Di Lello y nos habla de una puesta en
abismo de lo teatral.
El texto de Tantanian rescata todo el caudal poético de este autor romántico y lo despliega ante el sinsentido de una muerte planificada y ritual (no por ello menos
absurda que otras muertes). El dramaturgo nos entrega un texto fuerte y dramático cuya intensidad no decae en ningún momento. Los seres de tinta se enfrentan aquí a los seres de carne o se dan
continuidad unos a otros; la figura de Kleist aparece como un demiurgo o Dios que puede dar vida o quitarla. Los roles del poeta Heinrich y de su compañera Henriette están sólidamente
construidos; las interpretaciones de Joaquín Gomez y Lupe Iñiguez nos obligan, sin piedad, a descender al abismo de lo trágico y nos dejan sin aliento. Carlos Folias realiza un buen
desempeño en su rol no menor. El arte de Milton Moreira Muzio logra una correcta ambientación con pocos elementos.
“Se dice aquí que estamos en Alemania, pero no lo sabemos con certeza. Se dice aquí que corre el año 1809, pero no lo sabemos con certeza…y que estamos muertos;
pero nada de todo esto lo sabemos con certeza. … Ninguno de los dos cree en este infierno de la cronología. Infierno en el que nos quemamos sin arder. Sólo conozco su nombre, sus versos y nuestro
plan”, exclama Henriette. Todo es relativo, todo tiene su cuota de fantasía. Este sumario puede verse como un texto biográfico, aunque es más que nada un texto de ficción, donde el registro de lo
histórico da lugar a lo imaginario. Se presenta, así, un mundo donde ya no hay evidencias, donde todo puede ser y no ser, nos “quemamos sin arder” en una bella contradicción. Los personajes de
esta obra muestran un estado de herida permanente, un quemarse por dentro al que solo la muerte podrá ponerle fin, solo quizás, no lo sabemos…
“Henriette: Sufres demasiado. Piensas demasiado. Hay que
olvidar. Y sumergirse en las calles. Heinrich: No, debo escribir”, la escritura como condena aparece en esta pieza desde los primeros
momentos. Habrá que ver si puede ser también un acto de liberación.
Ficha Artística: Autor: Alejandro Tantanian; Intérpretes: Carlos Folias, Joaquín Gómez y Lupe Iñiguez; Dirección de Arte, Vestuario, Escenografía: Milton Moreira Muzio; Puesta en Escena y
Dirección: Joaquín Gómez; Puesta y Diseño de Luces: Horacio Novelle
// Funciones:Viernes, 21 h // Teatro El
Ópalo, Junín 380 // Entrada $200.- // Prensa: Silvina
Pizarro
[i]Di Lello, Lydia.
“Cuerpos de tinta: una aproximación a “Sumario de la muerte de Kleist” de Alejandro Tantanian”. La revista del CCC [en línea]. Enero / Junio
2014, n° 20. Actualizado: 2014-07-22 [citado 2017-06-28].
Y es de esperar que frente a los verdaderos límites de las palabras, las fronteras últimas del lenguaje y la representación, el homoratio, homoadministrativus,
revise archivos, arme listas, detalle y clasifique: la sospecha de que la suma de las partes hace al todo se viene abajo con el soplo romántico que se hace al infinito, desde el borde del
acantilado, a los ojos de la metafísica de los absolutos, la locura, el terror y la muerte.
Hombre de otra época, Von Kleist ansía morir no como control de esta materia que se le escapa, sublime, al entendimiento: más bien como una renuncia a la
tecnificación de la naturaleza, a un mundo de utilidades que acecha desde el bosque.
Sumario de la muerte de Kleist, inspirado en la historia real de escritor alemán homónimo, se desarrolla en un paisaje que es una larga tela en blanco sobre la cual
las razones y motivos de los suicidas son, también, función poética jakobsoniana, repetición significativa, ecos de un dolor viejo. Con un escritorio y las pinceladas de una cama, hacia el fondo,
los protagonistas (una mujer acompaña a Kleist, otra H.V.) preparan el antes y el después de sus planes: felices, calmos.
El mundo de la letra se introduce en varias ocasiones: es la labor fundamental del poeta, pero también los diversos registros del documental fúnebre y el juego con
las iniciales, las haches mudas como el darse por vencida de la función simbólica. Joaquín Gómez y Guadalupe Iñiguez dan vida a la pareja suicida: pasionales, ardientes, conmovedores: nadan entre
el humo de la atmósfera, practicando despedidas y una extraña forma de amor.
En El Ópalo, los vienes a las 21 hs. Entradas $ 130 / $ 200. Junio 2017.
Publicado por Christian Schirman el 25 de junio de 2017
Obra escrita por Alejandro Tantanian y Dirección de Joaquín Gómez.
Interesante la historia que rescata Alejandro, que viaja en el tiempo dos siglos atrás, hasta Alemania para dar testimonio de unos de los pactos suicidas más
impactantes sucedidos en el país germano, se trata del que involucró al poeta Heinrich von Kleist y su compañera Henriette Vogel, que la tarde del 21 de noviembre de 1811, en el lago Wannsee, al
Sur de Berlín, decidieron poner fin a sus vidas. Ambos eran muy jóvenes, él tenía 34 años y estaba en la plenitud creativa, aunque sumido en la pobreza y ella con 31 años, padecía una enfermedad
terminal.
Quienes lo conocían, cuentan que no fue el romántico adios de dos enamorados, más bien, era algo que Heinrich había planificado meticulosamente y ambos pactaron
cumplir, hasta con cierta alegría puede decirse, ya que salieron a pasear, tomaron café, jugaron entre los pinos, tiraron piedras al lago, rieron, hasta que llegó el momento de dar culminación al
plan trazado. Por eso, cuando el reloj marcaba las 4 de la tarde, Kleist disparó su arma en el pecho de ella y luego terminó con su propia vida, colocando la pistola en su boca y disparándose un
tiro mortal.
Su muerte atrajo la atención pública, aquella, que no había conseguido en diez años de creación literaria.
Heinrich von Kleist, considerado actualmente como uno de los grandes autores de la literatura universal, en su momento no fue reconocido, su obra fue incomprendida
y considerada como violenta y llena de paradojas, Goethe rechazó sus obras y las calificó como enfermizas. Como ocurrió con tantos otros autores, el reconocimiento llegó muchos años después de su
muerte, desaparición que en su caso fue muy especial.
Creo que fue interesante, reseñar la historia y entender porque Tantanian, luego de un exhaustivo trabajo de investigación, decidió escribir Sumario de la Muerte de
Kleist, que fue estrenada en 1998 en el Teatro San Martín y que hoy podemos ver en El Ópalo, en esta versión dirigida por Joaquín Gómez.
La pieza nos ofrece una mirada muy particular, sobre la muerte, que lejos de ser tomada como una tragedia, en algunas ocasiones, puede ser considerada como un acto
de liberación y en el caso de Heinrich, como un gran evento, un ritual bello y premeditado, que en su mente, sería recordado como la última gran genialidad poética de un gran autor.
La puesta es intimista, con una iluminación tenue y una penumbra que domina la escena, dando una atmósfera de tranquilidad y pesadez, que busca el director.
Las actuaciones son muy destacables, la pareja protagónica conformada por Heinrich ( Joaquín Gómez ) y Henriette ( Lupe Iñiguez ) muestran una química perfecta y
una conexión que se trasluce, a través de sus gestos y sus miradas, pareciera que no necesitaran hablarse para entenderse. Interpretaciones cargadas de sensibilidad y de poesía.
Transmitiendo una paz y una tranquilidad, que llegan al espectador. Un notable trabajo de ambos.
El tercer intérprete, es Carlos Folias, que en un interesante recurso que le agrega el autor a la historia original, ya que este personaje, aparece en el rol de
relator, narrando algunos detalles del suicidio, en forma fría y analítica, como si se tratara de un perito forense, quitando vuelo poético a aquella muerte épica y tratándola en forma ascéptica,
como si se tratara de dos muertes más. Impecable su labor, perfecta la composición y como dijimos un muy buen recurso el que introduce Tantanian, sumándolo a la trama.
Debemos destacar el excelente diseño de luces, a cargo de Horacio Novelle, que presenta la pieza, creando como dijimos la ambientación casi a oscuras, que pide la
trama, dando un aire misterioso y lúgubre. Muy bueno, el vestuario blanco de la pareja, que contrasta con el negro del relator, muy inteligente el contraste. Una escenografía despojada, con
solo un escritorio donde Von Kleist escribe con su pluma, dejando el protagonismo absoluto para esos dos cuerpos y la palabra.
En conclusión, una muy interesante propuesta que nos propone el autor, que además nos ofrece una puesta bella, dotada de poesía, algo complejo de conseguir ya que
la obra es dura, porque trata de la muerte, pero que lo consigue gracias a las excelentes interpretaciones que presenta la pieza.
Invitamos al espectador, a que conozca esta historia verídica ocurrida hace más de 200 años en Alemania y que tuvo como trágico protagonista, al célebre poeta
germano Heinrich von Kleist.
Publicado por A PURO TEATRO el 26 septiembre, 2016
Excelente trabajo de Joaquín Gómez, director de Bombín Teatro, que inicia en Buenos Aires su actividad como grupo de autogestión.
Por Adriana E. Lauro.
Acaba de estrenarse en el Korinthio Teatro ” Sumario de la muerte de Kleist” de Alejandro Tantanián con dirección y actuación de Joaquín Gómez, acompañado por
Guadalupe Iñiguez y Carlos Folias.
Resulta muy atractivo encontrarse con esta obra de Tantanián que recrea la vida de Heinrich von Kleist ( 1777-1811), escritor alemán del Romanticismo que
llevó no sólo al papel sino a la acción el ideario de ese importante movimiento artístico. Las penurias económicas, las lucha en el campo de batalla contra las fuerzas de
Napoleón, la incomprensión de la crítica, lo convierten en un personaje singular que hizo de su vida una obra con final planificado, al tomar la decisión de suicidarse a los treinta y cuatro años
junto a su amante. Su obra no fue muy prolífica, la más popular quizás sea La Marquesa de O llevada al cine por Éric Rohmer en 1976.
El suicidio aparece aquí como un acto de libertad individual y signada por la búsqueda de lo Absoluto. Esta es la materia que recrea el texto de
Tantanián, condensando la vida y obra de Kleist a través de un a larga jornada de preparación de su suicidio junto a su amante, Henriette Vogel, ocurrido el 21 de noviembre de 1811 en la
isla de Pfaueninsel, a orillas del lago de Wannsee, en las cercanías de Potsdam, a las afueras de Berlín. Un disparo de pistola cegó la vida de Henriette, quien al parecer padecía una enfermedad
terminal. Luego Klesit disparó contra sí mismo. Así los encontraron y este pacto suicida le dio al escritor la notoriedad que no había alcanzado en vida.
La puesta en escena de Joaquín Gómez, logra recrear esta atmósfera a través de secuencias, que con gran carga poética nos sumergen en la búsqueda incesante de
Kleist de encontrar respuestas a preguntas permanentes sobre el sentido de la existencia. No se trata sólo de comprender lo que se dice, sino como se transita un texto de por sí elevado y ponerlo
en el cuerpo de los actores. Gómez logra ese estado de melancolía muy bien acompañado por Guadalupe Iñiguez, su amante . Ambos se complementan en un dúo con ritmos sutiles, con
silencios elocuentes, sin caer nunca en artilugios escénicos. Representar una muerte en el teatro supone riesgos muy altos. Aquí se logra con belleza, aunque suene paradójico . No es la
representación lo que se busca, sino el estado interior que lleva a esa toma de decisión. Tampoco se muestra aquí un amor apasionado sino el encuentro de dos almas que coinciden en
que el suicidio es la elección más perfecta a la que pueden aspirar. La planificación de ese pacto, la larga noche bebiendo y escribiendo cartas de despedida, todo puede verse sin que
la obra tenga carácter ilustrativo. El juego del escritor, que planifica la muerte de dos personajes es otra posibilidad de lectura que ofrece la pieza. La presencia de un personaje
distanciado, un médico forense quizás, separa las escenas logrando la contracara de esa muerte romántica, un mero sumario que sólo describe el estado de los cuerpos, sus heridas, sus posiciones.
Aquí ya no importan las razones sino lo consumado. Doble juego entre el espíritu y la materia, entre el sufrimiento existencial y el que no se pregunta nada. Una suerte de guiño entre el
espíritu y la razón.
La dirección de arte de arte logra con pocos elementos una gran belleza plástica y una atmósfera onírica. En tiempos de encuentros fugaces, relaciones
virtuales y filosofía light, rescatar la figura del poeta es un interesante camino elegido por Joaquín Gómez, quien lo recorre con mucho talento y sensibilidad.
Funciones
Jueves 21.30. KORINTHIO TEATRO. Mario Bravo 437.
Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: 2044-2400
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Alejandro Tantanian
Dirección: Joaquín Gómez
Actúan: Carlos Folias, Joaquín Gómez, Guadalupe Iñiguez
Vestuario y Escenografía: Milton Moreira Muzio
Operación de luces: Agustín Intile Noble
Diseño de puesta de luces: Horacio Novelle
Dirección de arte: Milton Moreira Muzio
Acerca de Bombín Teatro: El proyecto de conformar un grupo Iberoamericano de Creación Teatral surge en el año 2011 como necesidad de fundar un
espacio para el intercambio teatral entre Latinoamérica y España. Compuesto en sus orígenes por integrantes de Argentina, México, Cuba y España, el grupo intenta mostrar la diversidad de los
autores iberoamericanos y sus estéticas. Sus integrantes conquistan un estilo propio y homogéneo en el que la maestría de cada uno de sus miembros inventa una particular fusión de estilos. El
grupo se crea en Madrid en 2011 para la puesta en escena del espectáculo Tríptico, o la desolación de Rafael, obra estrenada en la ciudad de Bs As con buena acogida por parte del público y de la
prensa independiente y representada luego en varias salas de Madrid durante la temporada 2011/12 siendo este espectáculo seleccionado por la UGT Madrid para su festival anual de Teatro quedando
como obra finalista del mismo. Posteriormente en 2012 realizan la puesta de La casa de Bernarda Alba en las salas Garaje Lumiere, La Usina y Ateneo de Madrid. Ese mismo año en el auditorio
Espacio Ronda de Madrid montan una adaptación de la obra de A. Camus: El Malentendido. En 2015 Fernando Roca estrena el unipersonal A solas con Hamlet, con dir. de Montse Ortiz y autoría de
Joaquín Gómez en La vida tiene sentido, Madrid. http://bombinteatro.jimdo.com/
Crítica de Adriana Lauro en A Puro Teatro el 26/07/2016
Más allá del texto y la historia que abren la puerta a la trama, lo primero que me impactó es la tensión de muerte como
una constante hormonal de la obra , ese enamoramiento de su creación, expresada por el diseño cuidadoso y puntilloso que elucubra el
personaje.
Vemos la búsqueda de un final poético: acorde a vida, acorde a su fama, pero sobre todo acorde a todo el apasionado amor
que le era posible.Esas características son notoria y
dramatúrgicamente marcadas por Alejandro Tantanian en el texto y maravillosamente desarrolladas en la puesta.
Todos nos encontraremos fatalmente en la muerte, pero este trío amoroso de Heinrich, Henriette y la muerte tienen una
seductora presentación en “Sumario de la Muerte de Kleist”, tal como corresponde.
Una bellísima escenografía, bien recreada histórica y a la vez simbólicamente y un increíble vestuario enmarcan con gran
calidad. Excelente la dirección encabezada por Joaquín Gómez y maravillosas su actuación junto a Guadalupe Iñiguez en ese dueto.
Esa tensión armónica, como un
acorde dominante que pide la resolución.
Publicado el 24 de septiembre de 2016 a las 19:15 hs.
Bajo la dirección de Joaquín Gómez se presenta Sumario de la Muerte de Kleist de Alejandro Tantanian. La muerte del poeta como metáfora de todas las experiencias de
la muerte en el teatro.
Por María Luciana Gandolfo
Heinrich Von Kleist (Joaquín Gómez), poeta alemán, espíritu romántico, contemporáneo a Goethe. Acosado por los fantasmas del fracaso y la invisibilidad decidió
poner fin a su vida a la edad de 34 años. Pero no quiso hacerlo solo. Buscó una compañera eventual que lo acompañara en su muerte y así conoció a Henriette Vogel (Lupe
Iñiguez). Conmovida por su escritura y comprensiva con su búsqueda, Henriette padecía una enfermedad terminal y no tardó en hacerse eco del plan de Kleist. Juntos planificaron su
muerte minuciosamente. Dejaron cartas y testimonios de los preparativos. El 21 de noviembre de 1811, tras tomar varias tazas de café, ron y dar paseos a pie, se suicidaron a orillas del lago
Wannsee en las afueras de Berlín. Heinrich disparó una bala al pecho de Henriette y luego apunto contra sí mismo.
Esta historia fue la que inspiró a Alejandro Tantanian a crear Sumario de la Muerte de Kleist, dramaturgia plagada de fuentes e intertextos. Con ella
construye la metáfora sobre la muerte como consolidación del encuentro del poeta con lo absoluto. El poeta escribe su propia muerte como una escena teatral. Muerte escrita, premeditada y
encuentro ante el abismo como máxima aspiración creativa, el fundirse en el acto del desgarramiento.
La puesta da forma escénica a esta metáfora. Una escenografía íntima y una iluminación pictórica definen el espacio como límite, como un umbral que se habita, tal
como el personaje habita su rol. Un limbo entre la vida y la muerte que se rodea como el abismo al que se enfrenta el creador. Allí tiene lugar el ensayo de la muerte perfecta. El espacio donde
la tinta y la sangre son el mismo fluir, en un tiempo suspendido, más allá de la referencia histórica.
El tercer personaje es el del narrador “objetivo” (Carlos Folias), quien tiene a cargo la realización del sumario. Este personaje introduce la mirada cientificista
de la muerte. Fría, distante, material, pero no menos misteriosa. Analiza la huella, el resto, el indicio en los dos cuerpos que yacen uno junto al otro. ¿Perito forense, detective,
científico? Terminará tapando los cuerpos, ocultándolos de nuestra vista para concluir la obra.
Y queda así resonando la idea de retorno. En la próxima función volverán a matarse Heinrich y Henriette. Volverán a iterar las mismas acciones. Derrida ya nos lo
explicó al escribir las muertes de Barthes. Vivimos experimentando microexperiencias de la muerte. Los personajes renacen y mueren en cada representación. Nosotros también.
Ficha artística técnico:
Dramaturgia: Alejandro Tantanian
Actúan: Carlos Folias, Joaquín Gómez, Guadalupe Iñiguez
Los jue. a las 21.30 en Korinthio Teatro, Mario Bravo 437. Entrada: desde $ 150.
Por Luis Mazas.
A los 34 años Heinrich von Kleist, intoxicado por el morbo del romanticismo alemán, decide ir a ver qué hay del otro lado de la vida. Con su amiga Henriette Vogel ejecuta sus muertes
consensuadas, como supremo acto esteticista. Kleist (1777-1811) indaga obsesivo en la noche oscura del alma (El príncipe de Homburg) y es un extravagante extremo.
Alejandro Tantanian se siente atraído por Kleist y su salto al vacío. Sumario de la muerte de von Kleist (1998) nace de una larga elaboración sobre la correspondencia del autor;
dichos de la época, semblanzas de Tournier. Acaso sea la más impactante de sus obras inaugurales, consecuente con su afinidad con la cultura germana. Yuxtapone los sucesos objetivos (sumario
forense, informes de prensa, misivas, etc.) con la aproximación conjetural al misterio privado que rodea los momentos previos a los dos disparos (“… ¿cómo sucedieron las cosas? Eso lo contaré en
otro momento”). Tenemos ahora una nueva versión, más ascética y despojada en la puesta en escena y dirección de Joaquín Gómez (Juego de damas crueles), que subraya la musicalidad intencionada,
casi operística de los diálogos, impresa en la intertextualidad. Desaparece la rampa de las didascalias; se vuelve más virtual la fruición por la sangre sobre la blancura de las ropas. El propio
Joaquín Gómez y Guadalupe Iñiguez transmiten esa “intelectualización del dolor” con poderosa economía emocional exterior. Queda así más expuesta y en valor la voluntad compartida de apropiarse de
la muerte, no dejarse apropiar por esta. “¡Qué bello sería meterse una bala en el corazón!”, repite el romanticismo exacerbado de Kleist, hasta estallar el tiro del final. El resto puede ser
silencio.
Ya han pasado mas de doscientos años desde que Heinrich y Henriette se dieran muerte a orillas del lago Wannsee.
El suicidio más famoso de la Alemania del siglo XIX cautiva y perturba aún en nuestros días.
Von Kleist escribe y protagoniza su propia muerte; para ello traza un meticuloso plan de muerte: se dirigen a una hostería cercana al lago, escriben cartas, beben
café, se sirven unas copas de ron, se encaminan hacia la orilla del lago, y tras disparar directamente al corazón de la señora Vogel, cargó nuevamente el arma y se saltó la tapa de los
sesos.
Funciones: Jueves, 21:30 hs. Hasta el 29 de septiembre. KORINTHIO TEATRO, Mario Bravo 437, C.A.B.A.
Teléfono: 2044 2400
Web: www.korinthioteatro.com.ar
Ficha técnica
Actuación: Carlos Folias, Joaquín Gómez y Guadalupe Iñiguez.
Bombín Teatro presenta: Sumario de la muerte de Kleist de Alejandro Tantanian. En el Korinthio teatro, todos los jueves a las 21.30 hs.
Dirección de Joaquín Gómez.
Ya han pasado más de doscientos años desde que el poeta Heinrich von Kleist y Henriette Vogel se dieran muerte a orillas del
lago Wannsee. El suicidio más famoso de la Alemania del siglo XIX cautiva y perturba aún en nuestros días…
Alejandro Tantanian dice sobre su obra:
“La idea de una muerte singular naufraga en la marea de los hombres. Pero la escritura permite imaginar una muerte que armonice con la vida. Y esa fue la
obsesión de Kleist: un plan de muerte, una despedida acorde a la imaginada grandeza de su genio… Por vez primera la literatura y la vida encontraban un punto de unión. La escritura de la
propia muerte fue su gran obra…”
“Un hombre abrumado por el absoluto. Kleist planeó, como soldado, el asesinato de Napoleón; y como poeta el destronamiento de Goethe. No pudo permanecer en
ningún lugar…”
SUMARIO DE LA MUERTE DE KLEIST
Elenco: Lupe Iñiguez, Joaquín Gómez y Carlos Folias bajo la dirección de Joaquín Gómez.
Todos los jueves 21.30 hs. en el Korinthio Teatro, Mario Bravo 437, barrio de Almagro.
Reservas al te. 2044-2400 o a través de la página web de Alternativa Teatral.
Bombín Teatro se atreve con un clásico de Lorca. Con mucha austeridad pero
con una muy buena dirección, esta compañía pone sobre las tablas:La casa de Bernarda Alba.Cartel de La Casa
de Bernarda Alba de Bombín Teatro
Foto: Julia R. de Haro
Una puesta en escena austera en la que no
sobra, ni falta nada y una versión de Lorca para no perderse. Bombín Teatro ha apostado por la interpretación pura, dejando a un lado los artificios. Teatro al natural, una apuesta que rescata al Lorca más puro y que agradezco
infinitamente en estos tiempos de insensatos experimentos teatrales.
La dirección del argentino Joaquín Gómez es brillante
y como el montaje, es de una sencillez solemne pero a la vez, perfecta. El ritmo está bien medido y la obra no decae prácticamente en ningún momento. Pocas veces, se ve una
representación deLa Casa de Bernarda Alba que esté tan cerca de su
origen.
Maty Gómez (Poncia), Elena Cecilia Blázquez (Bernarda)
e Isabel Menéndez (María Josefa) son dignas de destacar por sus maravillosas interpretaciones. Solo por verlas encarnar a estos lorquianos personajes, ya ha merecido la pena la visita al
teatro.
Maty Gómez, Elena Cecilia Blázquez e Isabel
Menéndez
Fotos: Julia R. de
Haro
El resto del elenco está correcto, aunque se vislumbra
que entre las hijas de Doña Bernarda hay varias actrices a las que les queda un largo camino por recorrer... Dicho esto, destacar el trabajo de Sara Ibancos (Adela) y de Miriam Tejedor
(Magdalena), su gran expresividad y su naturalidad en las interpretaciones aportan frescura al montaje. Otro punto a favor para este montaje de Bombín teatro es el vestuario, muy
respetuoso con la obra original y su ambientación. Una representación de García Lorca es de obligada visita siempre, al menos para mí.
Pero, en este caso, os recomiendo que vayáis a ver La Casa de Bernarda
Albapor motivos que van más allá de la genialidad del poeta. Pocas veces se ve algo tan puro y con tan pocos artificios. Hace poco os hablé del gran montaje de Yerma en el María Guerrero, en el que había de todo menos Lorca... Pues
bien, Bombín teatro no decepciona y os aseguro que Lorca está muy
presente.
Ficha: Título: La casa de Bernarda Alba Producción: Bombín Teatro. Grupo Iberoamericano de creación
teatral Dirección y puesta en escena: Joaquín Gómez Diseño de escenografía: Cristina Arnau Elenco: Lucía Acedo Peque (Prudencia), Cristina
Arnau(Angustias), Elena Cecilia Blázquez (Bernarda), Maty gómez (Poncia), Sara Ibancos (Adela), Lorena Jiménez (Martirio), Caridad Laínez Casanova(La Criada), Isabel Menéndez(Josefa), Claudia
Ruiz (Amelia) y Miriam Tejedor (Magdalena) Teatro:Ateneo de Madrid
Publicado por Miguel GabaldÓn el 23 de febrero de 2013 para EspectaculosEnMadrid
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CRÍTICA:
Silencio. Es la última palabra de la dominante matriarca en La casa de Bernarda Alba, obra cumbre de Federico García Lorca. Y
silencio, efectivamente, es lo que habría que pedir a mucha gente que no tiene respeto ninguno. Esto no tiene nada que ver con el montaje en sí de la compañía Bombín Teatro que pude ver
el otro día, pero sí con el público del Ateneo de Madrid, donde se representó. Que no se dieron por aludidos con el final de la obra. Entre los móviles, las idas, las venidas (no se puede
llegar a la mitad de la representación como si nada), los portazos y el bullicio de la gente que había en el exterior, el Ateneo de Madrid me pareció un lugar bastante infernal para
representar un espectáculo. . . Dicho esto (lo siento, pero es que se me llevaban los demonios y tenía que soltarlo), hay que decir que las actrices de este montaje aguantaron como
jabatas y mantuvieron la concentración durante todo la función, algo que no era nada fácil. Y es que la dirección de actores de esta nueva Casa, a cargo de Joaquín Gómez, y la labor de
sus actrices es lo más destacable, muy destacable, de hecho, en este montaje.
Cierto es que es una puesta en escena modesta, y que además a nivel estético es algo lineal (en este punto tampoco podría poner la mano en el fuego porque
supongo que el Ateneo tendrá una serie de limitaciones que pueden hacer modificar el diseño de luces original, por ejemplo, que se pueda llevar a cabo en otras salas), pero lo
fundamental, es decir, las interpretaciones, son muy acertadas en su conjunto. Las diez actrices defienden sus papeles sin histrionismos, en un registro contenido (no como la Silvia Marsó
de Yerma). Es muy difícil además amasar un conjunto interpretativo de diez actores (actrices en este caso) y que no haya irregularidades que desmonten el total. Hay algunos altos y bajos,
pero no resultan en exceso preocupantes. La Bernarda de Elena Cecilia Blázquez es físicamente perfecta, enjuta, gris, pero tal vez le falta un puntito en su recitado, para llegar a ser
imponente y mantener bajo su yugo a las cinco hijas. Y a la Angustias de Cristina Arnau, también físicamente muy acertada, tal vez le falta un puntito de amargura. Pero también es verdad
que estos detalles pueden ser cosa de esta función a la que asistí en cuestión (que como digo tal vez era el mejor ambiente para apreciar algo íntimo y asfixiante como debe ser este
texto). Todas, como digo, conforman un todo bastante compacto. Y de lo mejor, la Adela de Sara Ibancos y la Martirio de Lorena Jiménez, completamente creíbles. En su enfrentamiento final
transmiten una energía y verdad magníficas. Hay que decir que este último tramo, hasta el desenlace de la obra, logró hacer olvidar hasta el vocerío del exterior. Lo que tiene mucho, pero
que mucho, mérito. Y refleja que sin duda las actrices consiguieron transmitir la desesperación, el deseo y la represión de estas mujeres atrapadas entre las paredes de una casa obligada
al luto… Lo único que siento es no haber podido disfrutar como se merecían estas actrices. Sólo pido una cosa: respeto por el trabajo de la gente que está en escena.
Y Silencio, como Bernarda.
FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Dirección general y puesta en escena: Joaquín Gómez
Reparto:
Lucía Acedo Peque (Prudencia). Cristina Arnau (Angustias). Elena Cecilia Blázquez (Bernarda). Encarnación Fernández (la Mujer 1 – Angustias). Mati Gómez (La
Poncia). Sara Ibancos (Adela). Lorena Jimenez (Martirio). Caridad Laínez Casanova (La Criada). Isabel Menéndez (Josefa). Claudia Ruiz (Amelia). Miriam Tejedor (Magdalena).
Entrevista a Joaquín Gómez, director de Bombín Teatro
Published on Feb 22, 2013
Bombín Teatro, grupo teatral iberoamericano dirigido por el argentino Joaquín Gómez, estrenó en Madrid, el pasado 20 de enero, "La casa de Bernarda Alba". El
espectáculo se representa todos los domingos hasta el 24 de febrero en el Teatro La Usina y es auspiciado por la Embajada Argentina en España. Más info en
www.bombinteatro.jimdo.com
Líder en Prensa local de Madrid | Jueves, 14 de marzo de 2013
22/02/2013 - Alejandro Melgares
La Casa de Bernarda Alba en La Usina.
Una Bernarda Alba que estremece al público
Se representa esta tarde a las 19:30 en el Ateneo de Madrid, y en La Usina mañana a las 17:00.
El público toma asiento mientras la criada, interpretada por Caridad Laínez, está limpiando la casa. Antes de que el silencio
invada la sala comienza la función. Ha muerto el marido de Bernarda Alba, entra en escena seguida por el sequito de sus cinco hijas plañideras, el mutismo de la gente se hace
presente y no se escucha un murmullo. Estos son los primeros minutos de una Casa de Bernarda Alba que inquieta, sobrecoge y hasta emociona.
La obra de García Lorca llevada a las tablas de La Usina, de la mano del director, Joaquín Gómez, se hace de una forma respetuosa y con mucho negro.
Negro y más negro tan solo interrumpido por Adela, la menor de las hijas de Bernarda, encarnada por Sara Ibancos, que contrasta
con Angustias, la mayor de todas e interpretada por Cristina Arnau. La vida es caprichosa y el fatídico final se prevé desde el primer
minuto para una de ellas, Angustias, prometida con Pepe El Romano quien la quiere por sus tierras y Adela, en la flor de la vida, que se convierte en la amante de Pepe.
Todo esto se desarrolla bajo una capa de luto impuesta por Bernarda, algo a lo que se oponen sus hijas, entre ellasMartirio, a la que da vida la
actriz Lorena Jiménez. Ella tiene envidia del idilio entre Pepe y Adela, por eso sospecha, vigila y hasta la delata ante su madre. Antes de que todo esto
suceda, ambas se enzarzan en una auténtica pelea, de forma literal, porque ambas actrices lo viven, sienten y transmiten al público ese amor por Pepe. Indudablemente es una de las
escenas magistrales de este montaje teñido de negro y salpicado en dos escenas por el blanco de Isabel Menéndez, que representa
a Josefa, madre de Bernarda. Neurótica, envuelta en soledad y con un ansia por la libertad y lo erótico, que Menéndez se encarga de transmitir con sus
palabras edulcorando la escena y en consecuencia al aforo.
No cabe olvidar a Magdalena o Miriam Tejedor, pues actriz y personaje se funden en un papel destacado. Es quien inicia el
llanto, la que más representa el dolor de la muerte de su padre, pues era su hija favorita. Como un alma en pena, Magdalena vaga como si de una sombra se tratara. Su frágil figura
parece que se vaya a derrumbar en cualquier momento y hace que el espectador sienta la pena y dolor que padece. Por último, Claudia Ruiz interpreta
a Amelia, la tercera de las hijas de Bernarda, la más tímida y por tanto la más resignada ante el luto impuesto por su madre. Apenas habla, asustadiza y
piensa que todo ocurre porque así debe ser. Una resignación que comparte con Prudencia, amiga de Bernarda, que representa Lucía
Acedo y que muestra la sabiduría, “en mi tiempo las perlas significaban lágrimas”, mal presagio.
El contrapunto del drama es cosa de Poncia, criada y amiga de Bernarda, que con su comicidad arranca más de una sonrisa al público durante la
obra. Maty Gómez es quien con sus gestos y expresiones nos presenta una Poncia diferente, cercana y que desdramatiza la tensión siempre presente bajo el
bastón de mando que lleva Bernarda. Y es ella, interpretada por Elena Cecilia Blázquez, la que con su rostro impávido hace estremecer a
quien la mira a los ojos. La actriz impone su mandato desde el primer minuto, por eso el silencio se hacía presente al inicio de la obra, el mismo que se produce cuando su bastón
es roto por Adela, y el que se enjuaga con lágrimas al final de la representación.
Representaciones:
Compañía Bombín Teatro
Viernes 22 de febrero a las 19:30 en Ateneo de Madrid (Salón de Actos) c/ del Prado, 21.
Información: 914291750
Sábado 23 de febrero en Sala La Usina c/Palos de la Frontera,4. Solo con
reserva: 914684754 / 670580570
Categoría: Crónicas ligeras,Escena | y tagged con "La casa de Bernarda Alba" | bombin
teatro |Federico García Lorca
Por Mariano Velasco 19 febrero 2013
“El cine español necesita películas grandes, medianas y pequeñas”. Lo ha dicho J. A. Bayona al recibir el Goya al mejor director
por Lo imposible. Idéntica sentencia podríamos aplicar -más en tiempos de esta dichosa crisis- a nuestro teatro, en el que las obras “pequeñas” hechas con escasez de medios pero con
entrega y brío teatral merecerían un mayor reconocimiento de medios, crítica y, sobre todo, de público.
Precisamente de pequeño, pero también de muy digno, se puede calificar el montaje de La casa de Bernarda Alba que está representando la
compañía Bombín Teatro en Madrid, en el que, con una puesta en escena sobria y sin grandes alardes técnicos, este grupo teatral logra impregnar del poético y dramático universo
lorquiano las oscuras paredes de la pequeña y angosta Sala Usina, en el madrileño barrio de Embajadores.
Dirigida por Joaquín Gómez, la compañía Bombín Teatro se define como “grupo iberoamericano de creación teatral” surgido como una necesidad de fundar
un espacio para el intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sede en Madrid, y está compuesto por integrantes de Argentina, México, Cuba y España.
En este “pequeño” proyecto, al menos el reconocimiento del público sí parece estar garantizado, porque el ya de por sí reducido espacio de la Sala
Usina se les viene quedando no corto, sino casi ridículo ante la notable asistencia de espectadores, lo cual añade al modesto montaje una dificultad más que acaba por repercutir en la
visibilidad y comodidad del espacio, pero que no debería ser suficiente motivo como para quedarse uno sin disfrutar de este muy recomendable espectáculo.
Por contra, si alguna ventaja ofrece el reducido tamaño de la sala es que, gracias a la cercanía y complicidad del público con los actores, el espectador va a poder
sumergirse con más facilidad en el que es, sin lugar a dudas, uno de los mejores textos dramáticos que jamás se hayan escrito en lengua castellana y, también con toda
probabilidad, la obra más redonda de Federico García Lorca.
En la versión de Bombín Teatro vamos a encontrarnos con claros ejemplos de cómo el elenco es capaz de sortear inconvenientes. Para interpretar a la madre
de Bernarda, cualquier compañía con más recursos hubiera optado por una actriz más anciana o por mejores efectos de maquillaje, pero en este caso el grupo se limita a suplir las carencia con las
únicas bazas disponibles, que no son pocas: obsequiarnos con una interpretación de la vieja Josefa que raya a gran nivel, y que no haya más que hablar. Aplausos y “silencio”, que diría
Bernarda.
Los pequeños “peros” que se le puedan poner a la versión de Bombín Teatro vendrán motivados, en su mayor parte, precisamente por la modestia del montaje,
por la escasez de medios y decorados y, en alguna que otra ocasión, por la falta de rodaje y de madurez, lo cual se traduce en cierto grado de contención a la hora de acometer algunos de los
pasajes más densos y significativos de la obra, que los tiene y muchos.
Pero ya se trate de montajes grandes o pequeños, a buen seguro que se podrán contar con los dedos de una mano las actrices capaces de defender al nivel de la
perfección el contestatario “por encima de mi madre saltaría para apagarme ese fuego que tengo levantado por pierna y boca” de Adela; el desesperado “déjame que el pecho se me rompa
como una granada de amargura” de Martirio; o incluso el contundente “silencio he dicho, silencio” con el que Bernarda cierra la obra, y que debe resultar tanto o más definitivo que
cualquier caída de telón.
Y es que de tan representada y versionada como ha sido, La Casa de Bernarda Alba pudiera llegar a parecer a simple vista, que no lo es, una obra sencilla.
Aunque no esté entre el llamado teatro irrepresentable de Lorca (El Público o Así que pasen cinco años, obras de carácter más surrealista), hablamos nada menos que de una
representación poética del universal conflicto entre libertad y autoridad, entre individuo y sociedad. Al final resulta que eso es mucha tela marinera, y exige un sobreesfuerzo por parte de
actores y dirección que no se debería nunca menospreciar.
La casa de Bernarda Alba
Compañía: Bombín Teatro
Dirección general y puesta en escena: Joaquín Gómez
Reparto: Lucía Acedo Peque (Prudencia). Cristina Arnau (Angustias). Elena Cecilia Blázquez (Bernarda). Encarnación Fernández (la Mujer 1 – Angustias). Mati
Gómez (La Poncia). Sara Ibancos (Adela). Lorena Jimenez (Martirio). Caridad Laínez Casanova (La Criada). Isabel Menéndez (Josefa). Claudia Ruiz (Amelia). Miriam Tejedor
(Magdalena).
Espectáculo auspiciado por la Embajada de la República Argentina en España
Lugar: Sala Usina, C/ Palos de la Frontera, 4, Madrid
Fechas: Todos los domingos, del 20 de enero al 24 de febrero
Por cosas del destino parece que mi siguiente crónica tenía que volver a ser para hablar de una función
de Federico García Lorca. Confieso que tras el traspiés de "Yerma" iba
temeroso, porque creo que hay autores que son muy complicados de llevar a escena; por lo intenso de sus textos y lo complejidad de
mostrar la naturaleza humana sin caer en estereotipos o clichés, pero no por ello voy a dejar de acudir a conocer la propuesta de
diferentes compañías.
Desconocía la labor de Bombín Teatro hasta que Joaquín
Gómez, director de la compañía, se puso en contacto conmigo para el estreno de su versión de "La Casa de
Bernarda Alba". Un montaje sencillo, cercano, sin mas intención que la de acercarnos a este clásico español de una manera
honesta y sin grandes pretensiones, pero que agrada ver.
Un montaje que en momentos resulta asfixiante y que hace sentir que el espectador, debido a la cercanía
con las actrices, está igualmente prisionero en la oscuridad de los principios y tradiciones de Bernarda. Una escenografía, en blanco y
negro, sin un punto de color nada mas que los que el director desea destacar, y una luz cruda y en ocasiones escasa, que ayuda a
mostrar el ambiente sombrío y austero en el que los personajes de Lorca guardan su luto, aprenden a (sobre)vivir con sus
tradiciones; donde ocultan sus miserias y viven sus pesares.
Si bien es cierto que en algunos momentos se nota la falta de rodaje de la función, quiero destacar los
que mas me gustaron, como ese primer monólogo, desgarrador y tan valientemente interpretado por Caridad Lainez
Casanova como La Criada, declarando su amor por el fallecido marido
de Bernarda o las intervenciones de Isabel
Menéndez como María Josefa, que al comienzo provocó que mirase su interpretación con la
ceja levantada y con ciertos prejuicios y que, sin embargo, me sorprendió en su segunda aparición con una gran energía y una presencia
de la que deberían aprender alguna de las otras actrices que pueblan el reparto.
También me gustó la forma en la que Lorena Jiménez va destapándonos
a Martirio y sus intenciones, aunque haya momentos que el personaje se le fuera y tuviera que
trabajar por retomarlo...
Hay algunas cosas que deberían estar mejor y que ayudarían a crecer enormemente esta función, no voy a
negarlo; puntos en los que se nota que el montaje no está del todo pulido, como ese constante vagar injustificado de algunas actrices
por la escena, la intención un tanto confusa de algunas intervenciones o el miedo al contacto físico en los momentos mas tensos. Es
necesario que la violencia en algunos momentos de esta obra se desate con toda su contundencia, sin miedo e intentando sobrecoger al
espectador, la cercanía es un arma de doble filo en este caso... o, si la opción es mostrarla contenida, que sea mas patente, pero que
nunca quede evidencia al espectador de que lo que sucede es que las actrices tienen miedo a hacerse daño entre ellas porque mata la
atmósfera conseguida. Prueba de lo bien que funcionan los personajes en este montaje es ese cuadro llegando casi al final de la función
en el que las hermanas pelean, Martirioy Adela. Ahí las actrices consiguen un nivel
de tensión que atrapa, y hacen que el texto fluya con toda su intención. Ese buen trabajo y la buena ambientación en la escena hacen
que se sienta el ahogo desesperado por el cual se llega al trágico final. Perfecta elección la de Elena Cecilia
Blázquez como Bernarda, con un rostro severo y una actitud castrante que define al
personaje nada más aparecer en escena y que cuenta con una buena replica en
la Poncia de Maty Gómez (de lo mejor de esta función).
Creo que es un montaje que debería seguir siendo trabajado porque tiene el germen de una buena
producción y que además cuenta con unas actrices con ganas de sacarlo adelante. Estaré atento a los integrantes de Bombín
Teatro y a su evolución porque creo que tienen cosas muy interesantes que contar.
publicado por Antonio F. Cruces para Duendemad.com
Intimista Casa de Bernarda Alba
Tan sólo unas pocas sillas y oscuridad, así es como el director Joaquín Gómez, desarrolla una relación muy íntima entre el espectador y la escena. Esta cercanía te
absorbe y te traslada de inmediato a la intimidad de la familia Alba, dándote la oportunidad de disfrutar del excelente trabajo de cada una de las actrices de una forma muy cercana e intensa. Un
resultado altamente recomendable.
Texto: Antonio F. Cruces.
La Casa de Bernarda Alba. Teatro La Usina. Domingos de febrero.
TEATRO BOUTIQUE
Small theater groups pull the audience into the seats and even the scene
Madrid’s theater scene is experiencing a boom, with some of the most exciting works mounted by troupes acting in the smallest theaters with the
least name recognition, often on non-existent budgets. Small house productions are popping up at off-market theaters throughout a city making headway in establishing itself as a
serious player on the independent theater scene.
This is a brief introduction to three of the many grassroots groups in Madrid that deserve a look.
Bombín Teatro
Bombín Teatro was envisioned as an
opportunity to foster exchange between theater communities in Spain and Argentina. Joaquín Gómez began the company with his Buenos Aires production of Tríptico, o la
Desolación de Rafael, a deeply personal work that explored the ego, ambition and internal divisions of one character—a struggling writer/actor/director—played by three
different actors of different nationalities, accents and appearances. The work was a provocative meditation on identity, which earned him a run in Madrid.
We wanted to spin the bedroom around and put the public inside the scene, blame them. The girl is now hanging above your
head.
For his next production, currently on stage at Sala Teatro La Usina he directed his attention towards more traditional
material: Lorca’s La Casa de Bernarda Alba. Lorca’s masterpiece, written in 1936 and too blatantly
political for a Spain torn by civil war, a dictatorial patriarch and a church seeped in the cult of the virgin, was performed for the first time in Argentina, which leads Gómez to
feel connected to the work.
What’s fresh about this production of Bernarda Alba? Gómez says it’s Bernarda herself. He aimed to probe beyond the simple
depiction of an authoritarian matriarch and expose, if not justifications for, than at least reasons behind her rigidity.
They chose to show “a woman alone in her bedroom, so that we see who is behind the hard mask, the pain she is experiencing from her loss [the death
of her husband is what immediately precedes the action of the text]… the fear she has of losing her mind like her mother. That is where you find our innovation. Nobody is so good
or so evil.”
The ending is an example of how, in Gómez’s words, you can “dust off a classic.” Through powerful choreography, the whole scene is inverted. The
bedroom, the sight of the play’s ultimate tragedy is transported from behind the action to an imagined space right above the audience. “We wanted to spin the bedroom around and
put the public inside the scene, blame them. The girl is now hanging above your head.”
And what does he think of Madrid’s theater scene in times of crisis? “The crisis, in one way, helps theater. With money theater can explode
commercially, but in times of crisis, you do with what you have. With few resources you can do a lot.”
If he could make one change to Madrid’s theater scene? “I would like to see more of a reflection of the diversity that exists in Spain.”
Casa de Bernarda Alba runs Sundays in February at Sala Teatro La Usina, C/ Palos de la Frontera, 4. Embajadores.
Publicado por Ryan Day para http://vayamadrid.com/teatro-boutique/
Estos días vuelve a representarse La casa de Bernarda Alba en Madrid, en esta ocasión de la mano de la compañía Bombín Teatro y bajo la dirección de Joaquín Gómez en el La
Usina (Palos de la frontera, 4), en funciones dominicales del 20 de enero al 24 de febrero a las 17:00h.
Para muchos la obra maestra de Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba fue su último texto, apenas concluido antes de morir asesinado en los
días que sucedieron al levantamiento del 18 de julio. Nueve años tendrían que transcurrir hasta que la obra de García Lorca ocupara el lugar que le correspondía: las
tablas, aunque fuese en el exilio, en Buenos Aires, adonde el escritor no quiso marcharse en vida, desoyendo las advertencias de quienes veían la sombra cernirse sobre su
cabeza. Luego la Guerra Civil sumió la voz del poeta en el silencio.
Ésa es la primera palabra que Bernarda Alba pronuncia en escena. Silencio ante el cadáver de su marido, de cuerpo presente, que podría contemplarse como un irónico juego
metaliterario en que el personaje ficticio asiste al funeral de su autor. Silencio. Esa orden, dirigida hacia la criada (Caridad Laínez Casanova), que llora
desconsoladamente, encierra en sí el sentido profundo de toda la obra: la represión ejercida por una madre autoritaria y devoradora que es a su vez víctima y parte del
engranaje de una moral tan opresiva como pueden serlo las convenciones rurales antiguas, basadas en la apariencia y en la dignidad. Silencio para no dar que hablar en el
pueblo. Silencio para parecer mujeres decentes.
El padre ha muerto, y las viejas costumbres mandan guardar luto durante ocho años sin traspasar las rejas de la casa, cercenando así, en plena floración, la juventud de
las hijas de Bernarda (Elena Cecilia Blázquez). La perspectiva de los años de reclusión les marchita el aliento y las entrañas. Alrededor del bastón firme y aplastante de
la matriarca, parecen un corro de troyanas vírgenes que bien habrían preferido ser mancilladas como en la tragedia de Eurípides. Es en este ambiente infernal, sofocante,
de paredes encaladas y velos negros, de contrición y miedo, donde germina la simiente de la tragedia. «Son mujeres sin hombre», dice La Poncia (Mati Gómez) cuando sospecha
de las corrientes subterráneas que bullen entre los muros de las habitaciones. Basta con la aparición de una figura masculina en el horizonte para que el agua represada
estalle las esclusas y lo arrastre todo a su paso.
El montaje de Joaquín Gómez es sobrio, una escenografía de algunos efectos de iluminación y apenas unas pocas sillas con dos mesas, lo que demuestra hasta qué punto el
teatro es un arte primario y visceral que no necesita de artificios. Son las actrices (Cristina Arnau, Lorena Jiménez, Claudia Ruiz y Miriam Tejedor) las que ponen el
desgarro y la médula en sus interpretaciones. Duelen hasta los silencios. Los golpes atruenan el espacio. El aire se estremece con sus alaridos entre las sombras del
escenario.
Con los clásicos sucede que resultan incontestables. Más si cabe cuando la puesta en escena es, como en este caso, formal y fiel al texto de García Lorca. Sale uno del
teatro sobrecogido, algo se ha movido por dentro, y siente que acaba de presenciar una obra de arte. No es algo que ocurra con frecuencia. Y el mérito no sólo reside en el
autor de la obra, sino en el buen oficio de quienes dotan de vida, como un músico una partitura, como un escultor un bloque de mármol, lo que originalmente no eran sino un
puñado de palabras condenadas por la muerte al silencio.
Sin embargo el arte no puede ser enmudecido. Como el agua, como la juventud inconsciente de Adela (Sara Ibancos), como la senilidad nupcial de Josefa (Isabel Menéndez),
como el propio García Lorca en su vida íntima, busca los resquicios de la existencia para escapar de las presas que emponzoñan el alma. A veces el precio es demasiado
caro. Pero muchos nacen sólo para consumirse en su propio fuego. Y lo que nos queda a los demás es la huella que dejó su fulgor.
Me impresionó y poco más puedo decir que esto: Me impresionó y salí a la calle sin palabras. No sé si era la
tarde, el tiempo atmosférico que amenazaba gris marengo casi negro, Bernarda me impresionó como pocas veces que recuerde en mis días.
Con los ojos cerrados a veces, escuchaba esas palabras que no eran nuevas para mí, como si lo fueran. Nítidas e inequívocas, definidoras y trágicas.
Así sonaban de bien dichas las palabras de la tragedia lorquiana, tan parecida a la griega, por lo elemental. Como nuevas y acabadas de inventar, ponían nombre a la
tarde y a la estación. Esa añoranza del mar, ese agrietarse de la tierra de pozos exhaustos por la sequía. Con qué fuerza definen esos trazos tan elementales del lenguaje la soledad de la mujer
en el mundo rural, y no sólo de Andalucía sino de todo el Mediterráneo antiguo (Grecia, Sicilia, Túnez) y aún más allá, de Servia o Irán actuales. Rural o no rural, el mundo de la mujer
está todavía como un pozo por explorar. Negro, negro, negro. De ahí que la palabra del poeta siga sonando tan actual, aunque las circunstancias hayan cambiado mucho.
Blanco y negro, blanco sobre negro y negro sobre blanco, con muy pocos trazos de color que por eso son significativos, lo importante es la palabra. Ella pone esos
trazos y el resto (dirección atrezzo, iluminación, etc.) están al servicio de ella, reina y señora de lo que allí ocurre.
Las actrices, geniales por su naturalidad, qué bien se las oía aunque hablaran bajito, qué claridad deslumbrante del negro sobre sus caras de niñas malas, servían a
la palabra. La dirección me pareció buenísima, un hilo todo venía como dado y, lo que es más de agradecer, no había distorsión alguna que sacara de contexto el mundo de Bernarda, distanciándolo o
acercándolo, para alumbrar significados nuevos y geniales. Esto se reflejaba en el público, que estábamos como en misa.
No puedo menos de resaltar la sobriedad de esta puesta en escena que deja todo el protagonismo a la palabra. Es así como ésta expele todo su valor y todas sus
resonancias. Y la asombrosa naturalidad de las actrices encargadas de servirla.
Título: La casa de Bernarda Alba
Autor: Federico García Lorca
Dirección: Joaquín Gómez
Compañía: Bombín Teatro
Actores: Lucia Acedo Peque, Cristina Arnau, Elena Cecilia Blázquez, Encarnación Fernández, Matí Gómez, Sara
Ibancos, Lorena Jimenez, Caridad Laínes, Isabel Menéndez, Claudia Ruiz y Miriam Tejedor.
26/01/13 |El actor, escritor y director teatral de Gualeguaychú, Joaquín Gómez, quien desde 2010 vive en Madrid, donde además de dar clases de actuación conformó el Grupo Bombín Teatro, estrenó allí una nueva obra bajo su
dirección.
Se trata de la obra La Casa de Bernarda Alba, del autor Federico García Lorca producida por Bombín Teatro y bajo la dirección general y puesta en escena del
gualeguaychuense Joaquín Gómez.
Según informó a EL ARGENTINO Joaquín Gómez, “la obra se presenta todos los domingos de enero y febrero en la Sala Teatro La Usina y cuenta con el auspicio de la
Embajada de la República Argentina en España”.
Sobre su experiencia en Madrid, Joaquín Gómez indicó a EL ARGETNINO que “ha sido excelente. Realmente me han tratado maravillosamente y siento un parecido muy
grande con la vida teatral en Buenos Aires, se trabaja de manera muy semejante”.
En tanto, el director anticipó que a mediados de marzo viajara a Buenos Aires “para hacer el mismo montaje allá, pero con elenco porteño, y me encantaría
incluso poder llevar la obra a Gualeguaychú”.
En tanto, el gualeguaychuense radicado en Madrid aprovecho la oportunidad “para mandar un gran abrazo a mi querida Villa Paranacito, donde viví toda mi infancia
y que tantos amigos me ha dado”.
Cabe recordar que Joaquín Gómez vive desde 2010 en la capital española, donde se mudó para sumar nuevos aportes a su formación teatral y además vivir nuevas
experiencias. Aquí se desempeña como profesor de actuación y creó Bombín Teatro, grupo Iberoamericano de Creación Teatral, con quienes estrenó su obra “Tríptico, o la desolación de Rafael”.
En mayo del año pasado fue el reestreno de esta obra en dos salas del circuito off de Madrid (La Usina y Garaje Lumiere).
Previo a mudarse a España, Joaquín Gómez –quien fue egresado del Colegio Nacional Luis Clavarino de la ciudad-, vivió en Buenos Aires donde se formó como actor
y director.
Algo más sobre Joaquín Gómez.
Joaquín Gómez nació en Gualeguaychú, y creció en el delta entrerriano de Villa Paranacito. Se trasladó a la ciudad de Buenos Aires donde se formó con el
director teatral Rodolfo Graziano. Estudió la carrera de formación del actor en la Escuela Municipal de Arte Dramático de la ciudad de Buenos Aires (EMAD). En su trayectoria como director
sobresalen obras como La niña que moría a cada rato, del autor José Luis Arce. En los ’90 conformó el grupo Cunill-Caban con los que llevó a escena dos obras de su autoría: El Origen y
Tríptico, o la desolación de Rafael. Como actor trabajó bajo las órdenes de los directores Rodolfo Graziano, Alex Benn, Sergio Kohan y Fanny Dimant.
En 2010 se trasladó a Madrid donde se desarrolla como profesor de actuación y creó a Bombín Teatro, grupo Iberoamericano de Creación Teatral, con quienes
estrenó en Madrid su obra Tríptico, o la desolación de Rafael.
Leído en diario El Argentino de Gualeguaychú, el 26-01-2013
BOMBÍN TEATRO EN TVE - Cultura en 24 horas - La casa de Bernarda Alba
Reportaje realizado por Antonio Gárate en TVE para "Cultura en 24 horas" de La casa de Bernarda Alba producida por la compañía Bombín Teatro. Programa emitido el lunes 21 de enero de 2013.
Revista argentina ZONA25 - Para los argentinos en España
Miércoles, 16 de enero de 2013
Bombín Teatro abre su temporada con García Lorca
La compañía Bombín Teatro estrena en Madrid un texto fundamental en la dramaturgia española contemporánea: "LA CASA DE BERNARDA ALBA", de Federico García Lorca.
Auspicia la Embajada Argentina en España.
Bombín Teatro, el grupo formado por el director argentino
Joaquín Gómez estrena en Madrid La casa de Bernarda Alba, clásico de Federico
García Lorca. El estreno tendrá lugar el domingo 20 de enero de 2013 a las 17h en el Teatro La Usina de Madrid.
Represión fememina contada por Lorca
Federico García Lorca escribió La casa de Bernarda Alba en 1936, poco antes de morir. Esta gran obra que se publicó póstumamente en 1945 muestra la maestría con la que Lorca aunaba la tradición con la vanguardia. La tradición aparece en la
representación de la represión ejercida sobre las mujeres en una familia rural de Andalucía, así como en la influencia tan marcada de la tragedia griega y
el teatro del Siglo de Oro.
La abundancia de simbología es de carácter vanguardista y muy común en las obras de Lorca y de la generación del 27. En esta pieza Lorca también combina el
compromiso social con el concepto de ars gratia artis (el arte por el arte).
La represión de la mujer es un tema central de la obra. Se hace evidente cuando Adela le dice a la criada que a los hombres
se les perdona todo, y la criada le responde: “Nacer mujer es el mayor castigo”. La mujer es víctima de los convencionalismos sociales y en esta obra Bernarda, a pesar de ser mujer también, defiende los valores patriarcales. Adela representa la rebeldía contra el sistema.
Dónde y Cuándo Estreno: domingo 20 de enero a las 17:00h en sala Teatro La Usina Teatro La Usina www.lausina.es c/Palos de la frontera, 4 – Madrid T. 91 468 47 54 y 670 580 570
Espectáculo auspiciado por la Embajada Argentina en España. Funciones: del 20 de enero al 24 de febrero 17:00h
El proyecto de conformar un grupo Iberoamericano de Creación Teatral surge como necesidad de fundar un espacio para el
intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sede en Madrid. Compuesto por integrantes de Argentina, Cuba y España, el grupo intenta mostrar la diversidad de los autores y estéticas.
Sus integrantes, Joaquín Gómez, Argentina (actuación, dramaturgia y puesta en escena), Arístides Naranjo, Cuba
(actuación) Fernando Roca, España (actuación) y Miguel Ángel Borrás, Argentina (en prensa y producción
general), conquistan un estilo propio y homogéneo en el que la maestría de cada uno de sus miembros inventa una particular fusión de estilos.
El grupo se creó en Madrid en el 2011 para la puesta en escena del espectáculo Tríptico, o la desolación de Rafael, obra
estrenada en la ciudad de Buenos Aires con buena acogida por parte del público y de la prensa independiente y representada en varias salas de Madrid durante la temporada 2011/2012.
Argentinos en la producción de `La Casa de Bernarda Alba´ Noticia de ARGENTINA AL MUNDO
La emblemática obra de Federico García Lorca, La Casa de Bernarda Alba, vuelve a los escenarios de España y
Argentina. Esta vez la dirección corresponde al actor, director y dramaturgo entrerrianoJoaquín Gómez. En esta producción de Bombín
Teatro se suman las presencias de otros argentinos, españoles e iberoamericanos. El debut será en Teatro La Usina calle Palos de la frontera, 4, Madrid el domingo 20 de enero 2013 a las 17 hs. Esta presentación cuenta con el auspicio de la
Embajada de la República Argentina en
España y estará en cartel todos los domingos hasta el 24 de febrero.
La puesta en escena no intenta purificar al público, o buscar la catarsis sino inculparlo. El espectador se ve involucrado en la atmósfera de la casa como si fuera uno más de los fantasmas de
Bernarda.
La puesta transcurre con un ritmo y cadencia monocorde, parece no ocurrir nada, pero el drama está latente en cada respiración, en cada mirada, en un moverse por el
espacio atento a lo que no se dice pero que se percibe inminente.El espectador, a su entrada, se halla rodeado de paredes blancas que irán cambiando levemente de color con el transcurrir de la
obra (habitación con luz muy blanca para el primer acto, más tenue para el segundo, y en el tercero el blanco de las paredes se va matizando de un azul nocturno). Bastidores movibles de lienzo
blanco simulan las paredes en las que, como en fotos de antiguos muertos difuminados, olvidados en ese gris de los fondos, se recortan los personajes. Este escenario, idéntico y mudable a lo
largo de la obra, es la presentación de la casa; auténtica protagonista del discurso, opresiva y vacía, reflejo del espíritu de la familia.
El elenco con dirección general y puesta en escena de Joaquín Gómez, lo integran Lucía Acedo Peque, Cristina Arnau, Elena
Cecilia Blázquez, Encarnación Fernández, Maty Gómez, Sara Ibancos, Lorena Jimenez, Caridad Laínez Casanova, Isabel Menéndez,
Claudia Ruiz y Miriam Tejedor. La fotografía y vídeo a cargo de Julia R. de Haro. En Prensa y Producción general, el rosarinoMiguel Ángel Borrás.
Los domingo de enero y febrero de 2013 se presenta en el Teatro La Usina (C/Palos de la Frontera, 4. Madrid) esta conocida obra de Federico García Lorca dirigida por Joaquín Gómez. Además el
lunes 4 de febrero 19.30h y el viernes 22 de febrero a la misma hora se podrá ver en en el Ateneo de Madrid.
BOMBÍN TEATRO, Grupo Iberoamericano de Creación Teatral, ha puesto en escena la obra ¨La casa de Bernarda Alba¨, del autor Federico García Lorca, dirigida por el argentino
Joaquín Gómez. Espectáculo auspiciado por la Embajada de la República Argentina en España.
Reseña realizada por la crítica teatral Estrella Savirón para A Golpe de Efecto
Blanco y negro, una perfecta estilización no realista de Andalucía: muros blancos; vestidos negros, el patio que hay que blanquear después que se
marchan los hombres que lo han ensuciado, el vestido verde de Adela que sólo puede teñirse de negro; la blancura que Adela no quiere perder dentro de ¨estas habitaciones¨ que
también son blancas; el traje negro de moaré de María Josefa y su gargantilla de perlas blancas; las sábanas blancas del ajuar; las tres perlas blancas del anillo de bodas; el
caballo garañón blanco, doble de grande en la noche oscurísima (hasta la misma naturaleza se pone de blanco y negro); Adela que sale de enaguas blancas y Martirio en enaguas con
un pequeño mantón negro; el blanco pelo de María Josefa; la oveja; la espuma del mar: ¨Aquí no hay más que mantos de luto¨; Bernarda que aparece también en enaguas con el mantón
negro; Adela muerta a la que vestirán de doncella, y al fin, ese mar de luto y silencio negros.
Un retrato de una España pasada pero que sigue viva en nuestro interior. El deseo sexual, el deseo de vivir, la represión, la envidia, etc., son temas que Lorca domina en su obra
y que Joaquín Gómez presenta ante nuestros ojos de la mano de 10 actrices de diferentes edades que se pasean por el escenario dando vida al momento dramático de estas vidas
desesperadas que Lorca retrata.
Un texto intenso en una escenografía sencilla aunque suficiente, la carga de la obra es totalmente actoral y en este sentido, aunque con distintos niveles de interpretación, las
actrices realizan un trabajo bastante correcto, en algunos momentos algo contenido. Algunos fallos con los tiempos que se subsanan con el rodaje de la obra y que no son dignos de
mencionar. Altibajos en el ritmo para llegar a un final que aumenta la energía y mejora el computo general de la obra.
Una obra con ritmo sosegado pero intenso contenido, que se mantiene fiel al texto original, algo ya lejos de nuestro forma de pensar y vivir, pero siempre interesante en una
propuesta teatral. Una propuesta interesante para los que desean conocer o acercarse más a esta reconocida obra de Lorca ya que esta representación posee una estructura muy
didáctica.
Probablemente lo peor de la obra esta fuera de ella, y es que las sillas plegables situadas delante de las butacas, son incomodas, apretujadas y al estar todas al mismo nivel es
muy difícil ver algo de la escena sino estas en la primera fila…….
El proyecto de conformar un grupo Iberoamericano de Creación Teatral surge como necesidad de fundar un espacio para el intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sede
en Madrid. Compuesto por integrantes de Argentina, Cuba y España, el grupo intenta mostrar la diversidad de los autores y estéticas. Sus integrantes, Joaquín Gómez, Argentina
(actuación, dramaturgia y puesta en escena), Arístides Naranjo, Cuba (actuación) Fernando Roca, España (actuación) y Miguel Ángel Borrás, Argentina (en prensa y producción
general), conquistan un estilo propio y homogéneo en el que la maestría de cada uno de sus miembros inventa una particular fusión de estilos.
El grupo se creó en Madrid en el 2011 para la puesta en escena del espectáculo Tríptico, o la desolación de Rafael, obra estrenada en la ciudad de Buenos Aires con buena acogida
por parte del público y de la prensa independiente y representada en varias salas de Madrid durante la temporada 2011/2012.
Autor: Federíco García Lorca Dirección: Joaquín Gómez Compañía: Bombín Teatro Actores: Lucia Acedo Peque Cristina Arnau Elena Cecilia Blázquez Encarnación Fernández Matí Gómez Sara Ibancos Lorena Jimenez Caridad Laínes Isabel Menéndez Claudia Ruiz Miriam Tejedor
Y allí, en la capital de España vamos al encuentro de este argentino con un largo recorrido en el mundo del teatro allá, en Buenos Aires, y aquí, en
Madrid. Joaquín Gómez forma parte del nutrido
grupo de actores, directores, autores y aún técnicos que se han integrado en la actividad teatral española en diversas ciudades, con mucha concentración en Madrid y
Barcelona, dos plazas fuertes en esta disciplina artística.
Joaquín, como es nuestra costumbre al presentar a nuestros compatriotas ¿De donde eres enArgentina?
Nací en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú pero toda mi infancia transcurrió en Villa Paranacito, un pueblo del delta entrerriano
maravilloso. Mi infancia en este lugar marcó fuertemente lo que sería la temática de mi obra, consciente o inconscientemente cada vez que escribo un drama vuelvo a ese sitio, me siento bajo sus
sauces y el murmullo del rio me dicta lo que escribo.
Y el comienzo en esto de las tablas…
Terminada mi formación secundaria me traslado a Buenos Aires donde, de la mano del gran maestro de actores, Rodolfo Graziano, ingreso al mundo del teatro como arte. Posteriormente
hago la formación en la Escuela Municipal de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires y comienza allí mi carrera actoral.
Pero muy pronto mostraste que querías tocar todos los palos en este mundo fascinante que nos llega de los griegos…
Así fue. Conformo mi primer compañía de teatro, `Cunill-Caban´, llamada así en homenaje al gran maestro catalán radicado en Argentina Antonio Cunill
Cabanellas y que fuera el primer director del Teatro Nacional de la Comedia en el Teatro Nacional Cervantes. Con esta compañía estreno mis dos obras
“El Origen” y “Tríptico, o la desolación de Rafael”. Luego como actor, y bajo la dirección del maestro Graziano doy vida a Petia de “El
jardín de los cerezos” para ingresar luego en la piel de Mentieth, uno de los nobles de “Macbeth” con dirección de Alex Benn.
Y vuelves a dirigir…
Así es, en 2008 dirijo por dos temporadas consecutivas la obra del cordobésJosé Luis Arce, “La niña que moría a cada rato”.
Pero, como digo al comienzo, la gente del teatro de Argentina cumple el destino y completamos el giro de la rueda escénica con España, que nos lo llevó en sucesivas implantaciones allá de
este arte… tú seguiste el camino del retorno…
Sí, desde el 2010 resido en Madrid donde doy clases de actuación en el Centro Espacio Ronda. En 2011 conformo el grupo “Bombín Teatro”, grupo iberoamericano de creación teatral con quienes estreno en España
mi obra “Tríptico, o la desolación de Rafael”.
¿Podrías darnos más detalles del “Bombín Teatro”?
Nuestro proyecto es conformar un grupo Iberoamericano de Creación Teatral y surge como necesidad de fundar un espacio para el intercambio del teatro entre
Latinoamérica y España con sede en Madrid. Compuesto por integrantes de Argentina, México y España, nuestro grupo intenta
mostrar la diversidad de los autores y sus estéticas.
¿Quiénes están, incluyéndote a ti mismo?
Entre otros, Arístides Naranjo, actor cubano, como el español Fernando Roca. De Argentina estamos Miguel Ángel Borrás, rosarino, que
lleva la prensa y producción general y yo mismo, Joaquín Gómez, actuación, dramaturgia y puesta en escena. Mientras nuestras carreras se desarrollan mayormente en los terrenos de
la actuación, los fundadores de Bombín Teatro apostamos por la libre influencia y circulación de nuestras diferentes herencias vanguardistas.
¿Y en qué están ahora Joaquín?
Actualmente, el grupo se halla abocado a los ensayos del montaje de `La casa de Bernarda Alba´, con vistas de estreno en Madrid para enero de 2013.
Estaremos atentos a todas vuestras realizaciones y te mandamos un abrazo que llega hasta tu Gualeguaychú donde tenemos muchos amigos… un abrazo Joaquín…
Tríptico, o la desolación de Rafael es algo muy diferente a todo lo que os he presentado hasta ahora En el
andén. La obra, finalista en la V Muestra de Teatro de la Fundación Progreso y Cultura de Madrid, es compleja y se adentra en lo más profundo del "Ser o no ser".
No se trata de un texto fácil, cuyas pretensiones estén claras desde el principio. Tríptico, o la desolación de Rafael es filosofía en estado puro, es metateatro... Una
metáfora del actor y sus conflictos como ser creativo. No es por casualidad que la fuente de la que bebe el autor de esta obra, Joaquín Gómez sea Esperando a Godot.
JOAQUÍN GÓMEZ / ARÍSTIDES NARANJO / FERNANDO ROCA
FOTO: ALBERTO RUIZ PÉREZ
Comienza la función y en un escenario desértico, en muchos aspectos, Rafael ensaya su función. Pero en este curioso ensayo, no sólo está su Yo-autor; El Yo-actor y el Yo-director
también tienen mucho que decir. Un laberinto que lleva a la confusión, al espejismo del ser.
Minimalismo y austeridad son las palabras que mejor definen la escenografía, a la que acompaña un juego de luces muy bien tratadas. La luz en esta obra ayuda al espectador a cruzar
esa puerta al estadio donde residen nuestros personajes.
Bombín Teatro es un grupo Iberoamericano de Creación Teatral. La compañía está dirigida por el agentino Joaquín Gómez,
que también interpreta; el cubano Arístides Naranjo y el español Fernando Roca.
Tríptico, o la desolación de Rafael, una propuesta sencilla, interesante, diferente, con un gran texto y un trabajo interpretativo brutal pero... Es un texto demasiado
complejo, difícil de comprender, y muy reiterativo. Tras un rato con todos los sentidos puestos sobre lo que ocurre en el escenario, la mente lucha por mantener el modo On conectado.
FICHA:
DIRECCIÓN: Joaquín Gómez. ACTORES: Arístides Naranjo, Joaquín Gómez, Fernando Roca. DURACIÓN: 80 minutos ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO: Bombín Teatro FOTOGRAFÍA: Alberto Ruiz Pérez TEATRO: Salón de actos del Ateneo de Madrid HORARIO: 14 de julio- 19.30h PRECIO: 3 euros
Disciplina:Teatro contemporáneo Director: Joaquín Gómez Autor: Joaquín Gómez Reparto: Joaquín Gómez, Arístides Naranjo y Fernando Roca Dónde: Ateneo de Madrid Dirección: Prado, 21. Madrid Hasta: 02 y 14.07 Horario: 19.30h.
Imaginaros frente al espejo, discutiendo con vuestros otros yo o con, al menos, buena parte de ellos. Transformar en
realismo exponencial aquello que Dr. Jekyll y Mister Hyde convirtieron en pop. Discurrir tus facetas, recrearte, cuestionarlas, ver qué piensa el otro, sumarse a la doblegación,
poner contra las cuerdas al autor, al director y el escritor. Eso es lo que hace Joaquín Gómez en Tríptico, o la desolación de Rafael, el montaje que lleva años
paseando por escenarios argentinos y españoles y que ahora, para evitar la calima veraniega, nos presenta en dos funciones en el Ateneo madrileño.
Bombín Teatro presenta en Madrid 'Tríptico o la desolación de Rafael'
La obra se representará los días 2 y 14 de julio a las 19:30 en el salón de actos del Ateneo de Madrid.
Rafael se prepara a ensayar una obra. Sentado en el medio de un escenario
desolado, entabla un desafío ficcional en donde sus propias facetas se multiplican en un juego de espejos en el que se ve reflejado confrontándose a sí mismo. Tres Rafaeles o uno solo, visto
desde distinto ángulo. ¿Cuál es el más fuerte? ¿El actor que da paso al escritor, o el director que sucede a ambos? Sobre ellos, la conciencia que -como un divino Godot- condiciona sus
reacciones. Tres personalidades. Tres vocaciones que luchan por imponerse la una a la otra y en el medio el eterno conflicto del artista: ¿ser o no ser?.
Esta es la historia del montaje teatral 'Tríptico o la desolación de
Rafael'. Los promotores de esta obra son 'Bombín Teatro', una compañía formada por dos argentinos, un cubano y un español. La obra ha sido estrenada en la ciudad de
Buenos Aires con buena acogida por parte del público y de la prensa independiente.
Los espectadores que estén en la capital podrán disfrutar de 80 minutos
irrepetibles con esta obra, escrita por Joaquín Gómez. Se representará en dos únicas fechas, 2 y 14 de julio a las 19:30 en el salón de actos del Ateneo de Madrid (c/ Prado, 21). La entrada
general tiene un importe de tan solo 3 euros.
TRÍPTICO O LA DESOLACIÓN DE
RAFAEL.LA LUCHA POR LA CREACIÓN
El título lleva a pensar que se trata de Rafael Alberti, quién si no el Rafael
por antonomasia de las letras españolas e hispanas puede dar título por sí solo a una obra y a mil; quién si no él, como hombre de Teatro, poeta y artista plástico, se plantea la preponderancia
de sus diferentes facetas que entran en discusión unas con otras a la hora de culminar una obra dramática. Nadie más capacitado que él, por eso durante la representación que tuve la suerte de
presenciar el sábado, pasaron todas estas ideas por mi magín: El hombre deshabitado, El adefesio, El tonto de Rafael: Yo era un tonto y ahora con lo que he visto ya soy dos tontos; aquí son tres
los... Pero también hay para otros personajes de alcurnia: ¿Quién era Rafael sino el ángel que guió al joven Tobías después de quedarse ciego? Uno sale de allí lleno de preguntas y más ayuno de
información que cuando entró, he ahí la capacidad de la función de enfrentar al espectador con su propia ignorancia o con su propia amplitud de miras.
Y resultó que no, que de Alberti nada. Y del joven Tobías, menos, pero ahí están
los dos, se quiera o no. ¿De quién es este texto tan poético, con tantas reminiscencias creativas que van del surrealismo al simbolismo, volviendo al más crudo realismo, que plantea de una forma
tan implacable las maneras de enfrentarse a la creación? No hay información ni tríptico de sala para guiarnos en el entendimiento de este tríptico de Rafael. Para colmo, alguien me sugiere que el
texto podía ser, que le suena que sea del austriaco-alemán (vaya usted a saber entre qué guerras anduvo) Thomas Bernhardt, y dónde tendré yo el dossier que me remitió semanas ha Joaquín Gómez, el
actor que ha estado siempre en medio de los tres.
Rafael se prepara a ensayar una obra. Sentado en el medio de un escenario blanco,
entabla un desafío en un juego de espejos multiplicador en el que se ve reflejado confrontándose a sí mismo. Tres Rafaeles o uno solo, visto desde distinto ángulo. ¿Cuál es el más fuerte? ¿El
actor que da paso al escritor, o el director que sucede a ambos? Sobre ellos, la conciencia que condiciona sus reacciones. Tres personalidades. Tres vocaciones que luchan por imponerse la una a
la otra y en el medio el eterno conflicto del artista: Ser más que nadie o dejar de ser. Muchas claves interpretativas se manejan aquí. En la escena, todo es tan exhaustivo, que va del blanco al
negro, implacable Una obra muy exigente para con el público y sobre todo para con los tres actores. No hay tregua ni descanso a tanto esfuerzo, todo lo domina el desasosiego constante, el
continuo plantearse y replantearse la creación dramática.Y están dispuestos a llegar hasta el
final.
Título: TRÍPTICO O LA DESOLACIÓN
DE RAFAEL
Autor: Joaquín Gómez
Elenco: Fernando Roca, Joaquín Gómez y Arístides Naranjo
Dramaturgia, dirección y puesta en escena: Joaquín Gómez
Escenografía y vestuario: Bombín Teatro
Espacio: Garaje Lumière (C/ Ciudad Real, 12) Madrid
Un texto académico, reflexión filosófica sobre la creación y el miedo al fracaso, pura hermenéutica (análisis del lenguaje teatral) de los personajes de Esperando a Godot de Samuel
Beckett. Es un homenaje al teatro del absurdo, creado por un actor que intenta escribir, en un ambiente de ebullición intelectual post-dictadura lleno de culpabilidades. Estas tres claves
cronológicas (Beckett 49, vanguardia 70, y Argentina 90), en un espacio desnudo, árido y sin concesiones.
TRÍPTICO ó LA DESOLACIÓN DE RAFAELDe Joaquín Gómez, que también dirige el espectáculo.Interpretada por Arístides Naranjo, Fernando Roca y el propio Joaquín Gómez.Garaje Lumiere, Calle Ciudad Real (Delicias).Mayo de 2012.
La inspiración primera es Beckett: dos personajes esperan, se preguntan qué pasa y no pasa nada. La inacción es una provocación ante una Europa que ha consentido
el horror de las dictaduras, guerras y holocausto. La otra inspiración está en el teatro de los años 70, cuando se plantea un vivo debate: ¿quién es el auténtico creador del espectáculo teatral?,
¿un autor pasivo y ausente, un director manipulador y artificioso, o el actor que sacrifica las palabras hasta quedarse en la acción muda?
El texto está escrito en los años 90 en Buenos Aires, responde a un periodo de efervescencia teatral muy señalado en Argentina: muchísima creación literaria, y
muchos espectadores en todas las salas. Argentina, América entera, se libraba de las dictaduras militares, y todos se replanteaban sus posiciones ante, o bajo, las botas de la represión. Ninguna
palabra lo menciona, pero todo en la acción teatral rezuma la angustia intelectual de aquellos que no pueden salir a la calle. Como estábamos en un Garaje, nada más apropiado que unGodotreprimido, pensado y ensayado en sótanos.
Pero algo fallaba en aquella larga hora y media: el humor. Un cierto humor inherente al absurdo, fino, inglés, hubiera situado a los rafaeles en un armario con muchas puertas delanteras y
traseras, en una montaña de basura como Winnie en Los días Felicesde Beckett, o en aparatos de televisión huecos
que conviven en un escaparate de los años 70.
Dramáticamente toca la actualidad en cuanto al cobarde actor, al cobarde autor, que ven desmoronarse la armonía social sin atreverse a decir quién se beneficia
demidestrucción; y a ese director estrella que continúa aprovechando la cobardía de los demás para
beneficio propio.
El espacio en que se representa, el Garaje Lumiere, es un espacio muy agradable, se está muy bien y en un ambiente delicioso.
Olga Ibañez entrevista en Encuentros en la 2.CERO a los integrantes de la obra "Tríptico, o la Desolación de Rafaél". Joaquin Gómez, autor y actor nos narra la trayectoria de BOMBÍN TEATRO.
Tríptico o la desolación de Rafael, estrena en Madrid
La obra escrita y dirigida por el argentino Joaquín Gómez es presentada por el Grupo Iberoamericano de Creación Teatral, Bombín Teatro
Una historia trágica tomada de nuestra propia realidad. Una historia que sabemos, pero que evitamos contar; que apenas soñamos o entrevemos cuando las trincheras racionales de la vida práctica
nos dejan un resuello para convivir con nuestras más profundas esencias.
Acerca de Tríptico
El tiempo y el espacio impreciso de un cuerpo solo, de una sola vida, de una misma historia que desagua en otros tiempos, otras historias, otros lares, otros cuerpos, otros sentimientos
colectivos, más urbanos, pero tal vez, y a pesar de todo, de aquel mismo cuerpo.
Una pregunta por nuestra identidad partida. ¿Quién soy?
ESTRENO: SÁBADO 26 DE NOVIEMBRE A LAS 20:30
Actores: Iván Esquivel, Joaquín Gómez, Fernando Roca.
Escenografía y vestuario: Bombín Teatro
Fotografía: Alberto Ruiz Pérez
Prensa y Producción General: MIguel Ángel Borrás
Dirección: Joaquín Gómez
TEATRO CALDERO DE COBRE
Avenida del Manzanares, 166
Madrid, España
Metro: Marqués de Vadillo
Tel 912 251 125
TRÍPTICO, O LA DESOLACIÓN DE RAFAEL
de JOAQUÍN GÓMEZ
por el grupo BOMBÍN TEATRO
en la SALA CALDERO DE COBRE
de MADRID
Del 26 de Noviembre al 4 de diciembre de 2011
(Sábados y Domingos)
De Buenos Aires (Argentina) nos llega Tríptico, o La Desolación de Rafael, cuyo autor es Joaquín Gómez. Viene con buenas credenciales: buena acogida por parte del público y por la prensa
independiente.
Rafael está sentado en el medio de un escenario desolado. Va a ensayar una obra. Pronto comienza una multiplicación de su diversas facetas en un juego de espejos. ¿Es un sólo Rafael o son tres:
Actor, escritor, director? ¿Son perspectivas distintas desde diverso ángulo?
SER O NO SER
La pregunta que se suscita, según sus creadores es:
· ¿Cuál es el más fuerte? ¿El actor que da paso al escritor, o el director que sucede a ambos? Sobre ellos, la conciencia que - como un divino Godot - condiciona sus reacciones. Tres
personalidades. Tres vocaciones que luchan por imponerse la una a la otra y en el medio el eterno conflicto del artista: ¿ser o no ser?
La fuente de la que bebe este Tríptico es de Samuel Becket y en concreto:
· Esperando a Godot, que para nosotros es una obra emblemática, en su producción. A partir de dicho material Joaquín Gómez, el autor, crea una metáfora del actor y sus conflictos en su
evolución como ser creativo.
Partiendo de Becket Joaquín desarrollo un universo que le lleva a hacer...
· Germinar una poesía en el espacio común. El espacio-tiempo de una historia perdida en los laberintos de la mente de un artista donde ya el hombre era verdugo del hombre, pero donde el
azufre del misterio aún podía cambiar las energías de las almas. Un punto fatal en donde lo incomprensible hace convivir muy cerca la bendición con la creación como condena.
De este modo surge la "historia" de carácter trágico que, en realidad, está tomada de nuestra propia esencia. Más concretamente según sus creadores es:
· Una historia que sabemos, pero que evitamos contar; que apenas soñamos o entrevemos cuando las trincheras racionales de la vida práctica nos dejan un resuello para convivir con nuestras
más profundas esencias. En definitiva, una leyenda de nosotros mismos. El tiempo y el espacio imprecisable de un cuerpo solo, de una sola vida, de una misma historia que desagua en otros tiempos,
otras historias, otros lares, otros cuerpos, otros sentimientos colectivos, más urbanos, pero tal vez, y a pesar de todo, de aquel mismo cuerpo.
A LA BÚSQUEDA DE UNA IDENTIDAD
Ante esta identidad partida surge la eterna pregunta : "¿Quién soy?" Ante tal interrogante comienza, lo que sus creadores llaman:
· La búsqueda del ser, la necesidad de revelar los secretos de un oficio. Se trata de un juego inocente, pero no como una manera de ‘leer’ el mundo, sino como una carne de los lobos. Una
nostalgia por lo que nunca fuimos. Un testimonio de nuestro retraimiento, de nuestra cobardía, de nuestra corrosiva culpa por haber dejado la aventura de ser lo que debimos ser.
Se trata, pues, de un dilema existencial que está montado...
· Sobre las frágiles y polvorientas ramitas socavadas por nuestras traiciones originales. Una implacable historia de la enajenación de aquel conocimiento poético que implicaba la verdadera
intuición de las cosas. La historia de cómo dejar de ser. Cómo no ser. Un tiempo donde el hombre acepta desafíos. Un tiempo urgente y de riesgos. Un tiempo donde alguien muere siempre para que
otro viva. Un punto casi ritual para el milagro, pues el milagro existe. Unos lo ven, otros lo ven en los que ven. Otros eligen no ver.
JUEGO DE ACTORES
Tríptico viene definida como una fábula naïf y, en el fondo, como un juego de actores
· Los tres personajes - Rafael 1, Rafael 2 y Rafael 3 - se expresan en su alelamiento inocente, cargados de sus fallas y sus pequeñas grandes culpas, sus angustias y su no saber qué hacer.
En el espacio desafiante de un escenario vacío, los tenues balbuceos de una acción irresuelta. La pregunta central sería:
¿Qué nos cabe hacer?
¿Qué ha sido de la tibia virtud de lo que éramos?
¿Cómo fue que la perdimos?
¿O hace cuánto no pensamos en ella?
MINIMALISMO ESCENOGRÁFICO Y ATMÓSFERA ONÍRICA
La escenografía puede ser definida como "un espacio para el juego" o como una caja de sueños. " maquinaria del inconsciente colectivo donde aflora el conflicto en su dimensión integral".
· No responde a conceptos decorativos, sino que opera como dispositivo de despegue hacia niveles profundos de búsqueda de la verdad ausente. Este dispositivo no obstante tiene una austera
realización que sugiere plásticamente más que consumarse como forma.
Todo se ciñe a la mesita escritorio del director, en el centro, que divide en dos planos simultáneos:
· El del grupo (con un baúl que condensa el misterio de la obra toda, un cubo y una escalera como salvavidas del actor y del escritor) y el de la director. Este juego permite una fluctuación
inmediata de un espacio a otro. Una puesta en abismo.
La iluminación nos remite a un pasado con su color sepia, trabajada por manchas puntuales: escalera, baúl, cubo, mesita. Con la luz se pretende un tono onírico.
Puntualmente también es el sonido, a base de golpes desarticulados.
A través de todos estos elementos se pretende buscar un tono que definen como:
· De calma aparente. La tragedia se precipitará a escena en cualquier momento, pero sin embargo se modula en el ahora, se mezcla con la sonrisa apenas esbozada mientras una lágrima cae; es
el grotesco.
JOAQUÍN GÓMEZ, DOBLETE EN TRÍPTICO AUTOR E INTÉRPRETE
Joaquín Gómez (Gualeguaychú, Argentina) es actor, director teatral y dramaturgo. Sus primeros contactos con el mundo del teatro fue de la mano del hombre de teatro Rodolfo
Graziano. Prendió el gusanillo y Joaquín ingresa en la Escuela Municipal de Arte Dramático (Buenos Aires). Sigue su formación dramatúrgica con los dramaturgos: Armando Capalbo, Ricardo
Monti y Agustina Gatto. A partir de entonces desarrollará sus tres facetas: actor, dramaturgo y director.
Como actor, Joaquín Gómez ha trabajado con los directores Alex Benn, Rodolfo Graziano, Sergio Kohan y Fanny Dimant. Como director crea en la ciudad de Buenos Aires el grupo Cunill - Caban, con el
que estrena sus obras El Origen y Tríptico, o la desolación de Rafael, también llevó a escena el texto de José Luis Arce: La niña que moría a cada rato.
En este Tríptico, además de firmar la autoría, interpreta a uno de los Rafaeles.
DOS RAFAELES: MÉXICO Y ESPAÑA
Los otros dos Rafaeles son Iván Esquivel y Fernando Roca. Iván Esquivel (Monterrey, México). Se formó, como actor en México. Completa su formación en Barcelona, donde realiza el curso de interpretación de cine y teatro en ¨UACE¨.
Interpretaciones destacadas son: Crónica de una muerte anunciada, dirigido por Carlos Gueta (México.) Hamlet, con la dirección de Sergio Ávila (México) y Fuenteovejuna (Madrid)
Fernando Roca (Algemesí, España). Se formó en la Escuela de Cristina Rota. Asiste a una serie de seminarios, completando su formación como intérprete. Ha formado para de la
compañía de danza 10 y 10, Los Dedae, entre otros. Como actor ha intervenido en cortos de cine, serie telecisivas y teatro. En teatro cabe destacar: Madre el drama padre, con dirección de
Arturo Vernal, La importancia de llamarse Ernesto, con dirección de Paola B. El sueño de la razón, con dirección de Juan Olledo y Matar a Ingrid Bergman, con dirección Lorena Ruiz.
BOMBÍN TEATRO: PUENTE ENTRE LATINOAMÉRICA Y ESPAÑA
· El nacimiento de Bombín Teatro surge de la necesidad de crear un espacio para el intercambio entre Latinoamérica y España con sede en Madrid. Nuestra finalidad es mostrar la
diversidad de los autores y estéticas. Tenemos un estilo propio y homogéneo en el que la maestría de cada uno de nosotros inventa una particular fusión de estilos. Una apuesta fundamental es la
libre influencia y circulación de diferentes herencias vanguardistas.
Como asistente de dirección y en la producción general de Bombín Teatro está Miguel Ángel Borrás, Argentina (Rosario, Argentina). Se formó como actor con Roberto
Allocco Garín y Joaquín Gómez. En el área de producción teatral, con el director y productor Yoska Lázaro en la ciudad de Buenos Aires. Realiza la asistencia y producción para las obras: La niña
que moría a cada rato, Tríptico, o la desolación de Rafael (en su puesta de Buenos Aires) y El Origen.
FUNCIÓN
Sábado 26 y Domingo 27 Noviembre
Sábado 3 y Domingo 4 de Diciembre
20:30 Hs.
Título: Tríptico, o la desolación de Rafael
Dramaturgia: Joaquín Gómez
Asistencia a la dirección y Producción General: Miguel Ángel Borrás
Diseño de Escenografía y Vestuario: Bombín teatro
Diseño Gráfico: Eduardo Grilli
Fotografía: Alberto Ruiz Pérez
Producción: Bombín Teatro. Grupo iberoamericano de creación teatral.
Intérpretes: Iván Esquivel, Joaquín Gómez, Fernando Roca
Dirección y Puesta en escena: Joaquín Gómez
Duración: 80 minutos (sin descanso).
Estreno en Madrid: Sala Caldero de Cobre, 26 - XI- 2011
Bombín Teatro, el grupo dirigido por el argentino Joaquín Gómez estrena este sábado en Madrid
El grupo formado por el director argentino Joaquín Gómez estrena en Madrid su obra teatral “Tríptico, o la desolación de Rafael”. El estreno tendrá lugar el sábado 26 de noviembre en la Sala
Caldero de Cobre.
El proyecto de conformar un grupo Iberoamericano de Creación Teatral surge como necesidad de fundar un espacio para el intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sede en Madrid.
Compuesto por integrantes de Argentina, México y España, el grupo intenta mostrar la diversidad de los autores y estéticas. Sus integrantes, Joaquín Gómez,
Argentina (actuación, dramaturgia y puesta en escena), Iván Esquivel, México (actuación) Fernando Roca, España
(actuación) y Miguel Ángel Borrás, Argentina (en la asistencia y producción general), conquistan un estilo propio y homogéneo en el que la maestría de cada
uno de sus miembros inventa una particular fusión de estilos.
Mientras sus carreras se desarrollan mayormente en los terrenos de la actuación, los fundadores de Bombín Teatro apuestan por la libre influencia y circulación de sus diferentes herencias
vanguardistas.
La obra ha sido estrenada en la ciudad de Buenos Aires con buena acogida por parte del público y de la prensa independiente.
Como actor, Joaquín Gómez ha trabajado con los directores Alex Benn, Rodolfo Graziano, Sergio Kohan y Fanny Dimant. Como director crea en la ciudad de Buenos Aires el grupo Cunill - Caban, con el
que estrena sus obras El Origen y Tríptico, o la desolación de Rafael, también llevó a escena el texto de José Luis Arce: La niña que moría a cada rato.
PRÓXIMO ESTRENO en Madrid
Dónde: Sala Caldero de Cobre – Avenida del Manzanares, 166
Cuándo: Sábado 26 de noviembre - 2011 - 20.30 Hs.
+Info.: 656631179 - bombinteatro@yahoo.es
Duración: 80 minutos (sin descanso).
BOMBÍN TEATRO
Contacto de prensa: Miguel Ángel Borrás